El "progresismo" se ha vuelto una moda entre los miembros de la izquierda, y muchos ni siquiera saben cuál es el significado. No quiero señalar con esto que el señor Marcelo Ebrard, que es quien más lo ha utilizado en los últimos años para intentar otorgarle una identidad a su paso por el Gobierno del Distrito Federal, sea un ignorante en materia de diferenciación ideológica, solamente que después de pasar por tres partidos distintos, y al parecer estará en el cuarto en menos de un mes, no creo que tenga la mínima idea de lo que significa el término "ideología", y para que sirve en un partido político. Primero hay que señalar que una ideología es un sistema de ideas, creencias y valores filosófico políticos, acerca del fenómeno social. La palabra fue acuñada por el filósofo francés Destutt de Tracy el 1795 como ciencia general de las ideas y divulgada por los pensadores y protagonistas de la revolución francesa.
El progresismo se ha utilizado para definir la circunstancia, el pensamiento o la actitud que favorecen al progreso en su más amplio y multidimensional sentido: cultural, político, social, económico o científico, por señalar algunos, aunque hay que decir que sigue siendo un término impreciso al igual que su antónimo conservadurismo. Generalmente el progresismo se refiere a una postura humana de optimismo respecto de las posibilidades de avance, adelanto, desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad. Para algunos tratadistas ha significado vocación de mejoramiento social y de lucha por la superación de las trabas que detienen el Progreso. En los últimos años el término ha estado ligado a los de izquierdismo y vanguardismo, aunque sin las connotaciones radicales que estos términos tienen.
Hay que puntualizar que las personas que poseen ideas progresistas favorecen el cambio y los adelantos sociales intentando eliminar los defectos de una sociedad injustamente organizada, y buscando fórmulas socioeconómicas más equitativas. El progresismo no implica lo mismo que el izquierdismo en cuanto a romper con el pasado. Por eso se denomina progresistas a los izquierdistas moderados. Hasta ahora este término ha sido usado y utilizado por las corrientes marxistas para justificar alianzas tácticas con otras vertientes ideológicas en determinadas coyunturas políticas.
El progresismo de Ebrard no es otra cosa que un posicionamiento de conveniencia. Primero hay que señalar que lleva muchos años haciendo negocios con las decisiones gubernamentales en la Capital de la República protagonizando la más fiel de las representaciones del capitalismo salvaje. Si como dice, la izquierda anda un poco extraviada, su cinismo anda muy presente. Si hay alguien en la izquierda que contraviene sus principios es Marcelo Ebrard Casaubón, y después de su paso por el PRI, por el Partido del Centro Democrático, ahora por el PRD y seguramente después en Movimiento Ciudadano, solamente ha demostrado ser un progresista de conveniencia. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.