La Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, que me honro en presidir, se reunió con el dirigente del Partido Revolucionario Institucional en el Distrito Federal, Mauricio López Velázquez, para conocer de primera mano la forma en que ocurrieron las cosas con la defenestración de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, y su aceptación para
dirigir al PRI dejando de lado su encargo de Coordinador de Asesores del Secretario de Gobernación. Primero habrá que decir que el ahora dirigente es un auténtico "animal político", como lo definiera mi compañero Carlos Javier González, y tiene muy clara la función que le corresponde asumir en la reconstrucción interna de su partido, para otorgarle viabilidad y reposicionamiento a efecto de incrementar su representación popular.
Mauricio López inició señalando que la paradoja que enfrenta este país es que ante un gobierno unificado todos los partidos presentan divisiones internas, lo que habla de las dificultades del momento para entenderse, negociar, debatir y definir un proyecto de nación conjunta. También abordó la ausencia de un debate serio y propositivo buscando fórmulas que permitan transitar hacia un modelo de ciudad más cercana a la gente, y con estructuras gubernamentales acordes a sus exigencias. La ausencia de figuras que centralicen la confianza de los casi nueve millones de habitantes resulta evidente, de ahí que incluso el partido en el poder enfrente divisiones internas que necesariamente se ven reflejadas en las acciones de gobierno.
La toma de decisiones es otro galimatías de difícil concepción por causa de las corrientes internas del partido en el poder, y cuyas expresiones territoriales infieren que pueden hacer y deshacer de acuerdo a los intereses de sus liderazgos. Lo lamentable es que se toman decisiones para la ciudad sin la participación de los principales actores de la ciudad. Por ello la gente hace tiempo que busca un cambio de rumbo, de ahí que exista la necesidad de poner a tiempo al Partido Revolucionario Institucional para competir. También considera que es el momento de abrir el prisma político en la ciudad, porque la competencia es el único camino para mejorar el desempeño público de los gobernantes, ya que las manifestaciones de enojo se pueden convertir en violencia si no hay mejora en el gobierno. Baste recordar lo ocurrido en Tláhuac cuando Vicente Fox Quesada se vio precisado a despedir a Marcelo Ebrard de la Secretaría de Seguridad Pública.
Mauricio López visualiza la necesidad de construir un partido con agenda de ciudad y no una agenda para cada elección. También tiene claro que el tricolor se tiene que preparar para discutir y debatir los asuntos de la gente, es decir, que tiene que encabezar un partido que se oponga y proponga, y que sus miembros entiendan que partido es propuesta. También externo que aunque no le guste al partido gobernante, en la ciudad hay más priísmo que partido y sus militantes necesitan hablar porque no han sido escuchados en mucho tiempo por el avasallamiento de que han sido objeto, y la desatención de los cuadros dirigentes del propio priísmo.
Ha llegado la hora en que los priístas hagan todo lo que tengan que hacer para que los ciudadanos confíen en el partido, y que surjan candidatos que se parezcan a los ciudadanos y a la ciudad. Si queremos seguir conservando el México que conocemos, debemos entender que muchos mexicanos no tienen más que su pobreza para perder.
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.