Enrique Peña Nieto presentó un informe detallado del estado que guarda la Administración Pública Federal. Lo envío a la instancia que mandata la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: El Congreso de la Unión. Lo entregó el secretario de Gobernacion Miguel Ángel Osorio Chong, y lo recibió Silvano Aureoles Conejo, presidente del
Honorable Congreso de la Unión, acto que atestiguó el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Miguel Barbosa. La adoración de antaño es inversamente proporcional a la rendición de cuentas a la que ahora estamos obligados. Las cosas han cambiado diametralmente. Pero hay algo que no cambia, y es la pequeñez de aquellos que se asumen como salvadores de la patria y que todo critican porque nada les correspondió hacer de lo que se logró, o simplemente porque se negaron a participar.
Me parece que a muchos de esos que menciono les vendría bien observar y analizar la actitud republicana de Silvano aureoles Conejo y Miguel Barbosa, quienes dieron muestra de madurez política al seguir puntualmente el protocolo ante el representante del presidente que acudió al recinto a entregar el Informe. El propio aureoles fue claro y enfático del papel que le correspondió asumir cuando señaló que "México requiere menos sectarismo y más visión de Estado", algo que debió calar hondo en la conciencia de muchos miembros de la izquierda mexicana hartos de oponerse a todo simplemente porque así lo indican los cánones doctrinarios.
Gustavo Madero Muñoz hizo un reclamo en el sentido de que el PRI detenta un discurso prestado porque es el resultado de las disertaciones que se realizaron dentro del Pacto Por México. Pero eso forma parte de lo que en este país se denomina política, y también lo tiene que entender. El señor Jesus Zambrano Grijalba fue más alla y lamentó que el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto haya sido poco autocrítico y lleno de promesas. Creo que el perredista esperaba que el presidente se "diera un balazo en el pie", como se dice coloquialmente, aunque también hay que señalar que su partido y los principales liderazgos nunca han realizado un ejercicio como el que solicita. Haciendo una somera revisión podemos determinar que han sido pocos los que se han atrevido a hacerlo, y me parece que los priístas tuvieron necesidad de ello cuando entendieron que fueron echados del poder a causa de sus excesos.
Me parece que quienes tienen que hacer un ejercicio muy autocrítico son los liderazgos de las distintas manifestaciones de la izquierda mexicana, porque hasta ahora su visión ha sido tan corta que se han quedado simplemente en la representación popular. Sigo insistiendo en que México requiere una izquierda profesional que plantee el avance de los ciudadanos ante los excesos del poder, y pareciera que el PRD camina en sentido contrario porque gusta más de los excesos del poder que de la cercanía con los ciudadanos. Bienvenida la crítica, porque la autocrítica solamente se tiene que realizar en momentos de fracaso, y hasta ahora Peña Nieto no ha fracasado. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.