Hay quienes piensan que estar por encima de la ley es un estatus que los diferencia de los simples mortales. Al menos ésa es la forma en que registran su proceder quienes se dedican a delinquir. Los miembros del crimen organizado saben que, en el caso de que sean aprehendidos, se harán merecedores a pasar casi toda su vida
encerrados. Tienen conciencia de que lo que hacen está fuera de la ley y se mentalizan para imponer su propia concepción de cómo tienen que ser las cosas en base a la fuerza o por la superioridad que les otorgan las armas que utilizan. Por eso son combatidos desde las estructuras legalmente constituidas. Insisto, los delincuentes se preparan para delinquir y para enfrentar y confrontar a esa parte de la sociedad de que han dejado de formar parte, sabedores que el Estado, encargado de dirigir a esas sociedades, también tiene por obligación su protección.
Si analizamos el fenómeno delincuencial, su razón de ser y su metamorfosis responde al control de ciertos territorios y de aquellos que habitan, cohabitan o desarrollan su vida en ellos. De lo que se trata es de ejercer una cuota de poder, de someter a los demás a sus designios y al arbitrio de sus decisiones. Antagonizan a las estructuras gubernativas y tratan de parecerse lo más que puedan a ellas. De ahí que el cobro de piso sea una forma de mantener cercanía con esos sectores sociales que detentan el mayor poder adquisitivo, tal cual lo hace la estructura burocrática cuando de cobrar impuestos se trata.
Hoy estamos ante una nueva forma de pretender mantener una hegemonía en un territorio del país antagonizando al Gobierno Federal. Guillermo Padrés Elías es gobernador de Sonora. Lo eligió la gente y en consecuencia tiene el deber de proteger, dentro de las atribuciones que le señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a quienes lo eligieron. Ésa es una obligación irrenunciable y debe utilizar los elementos con que el estado de Sonora cuenta para ello. Guillermo Padrés es un hombre poderoso porque también tiene una fortuna que le otorga poder. Desconozco si es una fortuna bien habida, pero le gusta hacer gala de ella. También de la cuota de poder que le otorga la gubernatura.
Guillermo Padrés se construyó una presa para seguir amasando dinero, aunque con ello haya violentado la ley y aprovecha el agua que también le corresponde a sus gobernados. No le pareció la forma en que la Federación ha venido manejando el tema de la contaminación ocasionada por el Grupo México y decidió expulsar del territorio sonorense a funcionarios federales por atentar contra sus intereses personales, esos que pretende disfrazar de interés general. Al más puro estilo de los viejos capos de narcotraficantes pretende antagonizar a la Federación. Ya recibió un llamado a la institucionalidad de parte del presidente del Senado, Miguel Barbosa Huerta, y no debe olvidar que el Senado de la República es quien tiene la potestad de la desaparición de poderes. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.