Yoloxóchitl Bustamante dio la mejor prueba de que la altivez puede perder a cualquiera. Al menos así trató a los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional cuando le solicitaron revertir los efectos del nuevo reglamento y platicar con ellos. No sólo los ignoró, sino que decidió publicar dicho reglamento. La cadena de equivocaciones comenzó cuando ni siquiera analizó la
cercanía del 2 de octubre. Cuando los estudiantes salieron a las calles, cundió el pánico entre los dirigentes politécnicos sabedores de que habían sido rebasados. Ya no había posibilidad alguna de retroceder y dar marcha atrás porque ya no eran el canal de comunicación adecuado. Quedaron aislados a causa de su infinita insensibilidad.
La marcha organizada el martes para acudir a la Secretaria de Gobernación rebasó expectativas. Lo cierto es que este sí fue un movimiento auténticamente estudiantil, no el bodrio que decidieron armar cuando surgió el #YoSoy132 para causarle fuertes dolores de cabeza al candidato presidencial Enrique Peña Nieto. El oficio político corrió a cargo del Sectario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien salió a dar la cara y se enfrentó a la multitud. Lo primero que hizo fue reconocer la legitimidad del reclamo. Por principio de cuentas, salió en mangas de camisa, después inició el diálogo y mostró el oficio político que le ha dado la experiencia de muchos años.
Del otro lado de la moneda se encuentra el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, quien se ha distinguido por su incompetencia y por acumular problemas durante su corta administración. No sólo han sido los avatares de la naturaleza los que han causado destrozos en las diversas regiones del estado, sino la falta de capacidad de la estructura gubernativa para responder a los reclamos de la sociedad. Si alguien ha gozado de total impunidad, ha sido la CETEG, esa coordinadora magisterial que comete delitos uno tras otro sin que haya respuesta de la parte gubernamental. Ni que decir de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que han adquirido la especialidad de "crimen organizado", sin que alguien haya sido capaz de meterlos a los conductos de la ley.
El otro problema mayúsculo es la ingobernabilidad de esos cuerpos policiales amorfos que decidió legalizar y cuyos integrantes piensan que solamente ellos son los poseedores de la absoluta verdad y por ello la impunidad campea en todos los territorios que tienen controlados y donde imponen su propia ley como señores de horca y cuchillo. La desgracia ocurrida en Iguala habla de la falta de preparación policial, y la impunidad de los alumnos al robar tres camiones que ellos dicen tomar prestados. El propio presidente Peña ha tenido que hacer un llamado de atención al gobernador por los descuidos que ya son constantes. Ante el oficio político del señor Osorio Chong, la contraparte es la incompetencia de Ángel Aguirre. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.