De oficio, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos decidió que seguirá puntualmente la investigación de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, Guerrero, y de los que se sospecha que fueron secuestrados por el crimen organizado y quizá hasta victimados. La realidad es que todo lo que se ha mencionado desde el día en que
ocurrieron los hechos son meras suposiciones ya que no diste evidencia o certeza de que los hayan secuestrado los criminales, alguna corporación policial, o simplemente hayan decidido esconderse para evitar un daño mayor al de sus desgraciados compañeros. A partir de ahí se han armado infinidad de conjeturas y el Gobierno del estado envió cerca de mil 500 servidores públicos a indagar, casa por casa, si la gente sabe algo de ellos o si alguien se enteró de la forma en que fueron levantados.
Creo que la gente, hasta ahora, ha mostrado temor o demasiado respeto por lo ocurrido porque no ha aportado indicio alguno que permita dar con su paradero, pero la forma salvaje en que fue victimado uno de ellos, a quien le desprendieron el rostro antes de matarlo, ha provocado temor en los moradores de la zona aledaña a Iguala de la Independencia. Solamente quienes tienen por oficio hacer este tipo de cosas en los desgraciados que caen en sus manos pueden lograrlo sin remordimientos, y su lugar está dentro de las organizaciones criminales. Es por eso que las autoridades tienen la seguridad de que los responsables de haber levantado a los 43 estudiantes son los miembros de la delincuencia.
Qué bueno que la Comisión Nacional de Los Derechos Humanos seguirá la investigación del caso de los desaparecidos en Iguala por violaciones graves a los derechos humanos consistentes en presuntas ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, atentados en contra de la integridad de las personas, y omisiones en el cumplimiento de seguridad pública. También hizo un llamado al Gobierno del Estado de Guerrero, encabezado por Ángel Aguirre Rivero, para que tome las medidas necesarias a efecto de que se salvaguarden los derechos de las víctimas.
La pregunta que muchos nos hacemos, con el respeto para los familiares de los desaparecidos, es quién se atreverá a tocar el tema de los derechos humanos que los mismos normalistas han venido violando sistemáticamente desde hace algunos años sin que nadie los detenga o moleste, o se atreva a emitir una simple orden de presentación. Lamento mucho que las cosas hayan ocurrido así, pero algún día tenía que ocurrir una desgracia por el odio que los muchachos de la Normal Rural de Ayotzinapa han acumulado a través de los años por todos los actos de rapiña, y la comisión de delitos que tienen en su haber sin que nadie se haya atrevido, desde la esfera gubernamental, a imponerles un alto y mucho menos a hacerlos sujetos de la aplicación de esas leyes que violan constantemente. Clamar justicia cuando se ha sido injusto con los demás es un acto de cinismo. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.