Ahora resulta que uno de los líderes más obscuros que tiene el perredismo, aquél que en su momento observamos guardando pacas de dólares que le entregó el empresario Carlos Ahumada, y que resulta la mejor evidencia del financiamiento que hacía al PRD y que ahora niegan todos, es quien parece tener la verdad de lo que ocurrió en Iguala,
Guerrero. La desaparición de 43 normalistas mantienen en vilo a la opinión pública nacional e internacional, y da cuenta de la barbarie a que hemos llegado con la incrustación del crimen organizado en las estructuras gubernativas del país. El caso del Presidente Municipal de Iguala, José Luis Abarca, no es un asunto aislado o único en la inmensa geografía de este país, y tampoco creo que el PRD sea la única fuerza política que mantienen entre sus filas a hombres y mujer ligados a la criminalidad.
El señor Bejarano ya había denunciado con anterioridad al señor Abarca por asesinatos y desapariciones de algunos perredistas. Durante la celebración del Consejo Nacional pasado relató que fue amigo personal de Arturo Hernández Cardona, quien fue levantado en compañía de otros militantes en la caseta ubicada entre Iguala y Chilpancingo de la Autopista del Sol el 30 de mayo de 2013, y que personalmente se dedicó a buscarlos tratando de salvarles la vida porque sabía que había un grupo del crimen organizado en el gobierno de Iguala. En Acapulco solicitó a las autoridades del estado el apoyo para su localización, y el gobernador Ángel Aguirre Rivero creo la fiscalía para investigar el caso recibiendo coadyuvancia de la PRG. También dijo que no se avanzó porque hacia el interior del propio PRD una corriente protegió a Abarca y asumieron su defensa. Después nos enteraríamos que esa corriente son ni más ni menos que "Los Chuchos", quienes en todo momento han mostrado su apoyo al gobernador Aguirre pese a los descuidos que ha tenido al frente del gobierno estatal. Los levantados, fueron asesinados personalmente por el edil de Iguala.
El caso es que ni la PGR, a decir del señor Bejarano, ni el gobierno del estado de Guerrero, ni su partido dominado por esa corriente a la que se refirió, hicieron algo para salvar la vida de los levantados. También hay que considerar que esta declaración se da en un momento en el que esa corriente asume un nuevo mandato en el PRD y que quizá esté buscando el pretexto para migrar como se ha señalado, con todas sus huestes, a la fuerza política que ha conformado el señor Lopez Obrador, de quien fue secretario particular. Resulta difícil concebir el montaje sentimental del señor Bejarano cuando incluso intentó que afloraran los sentimientos de sus correligionarios pidiendo quienes tienen hijos se pusieran en el papel de los padres de los normalistas.
Independientemente de la teatralidad del señor Bejarano, y después de conocer el video que se presentó en el portal de la periodista Carmen Aristegui, en el que se observa el interrogatorio que le hicieron a la suegra del ahora prófugo alcalde cuando la secuestraron, tanto Aguirre Rivero como “Los Chuchos” sabían lo que pasaba en Guerrero. El problema para Carlos Navarrete es que ahora le dirán que pertenece a ese PRD que asesina estudiantes por sus ligas con el crimen organizado. Y no creo que se atreva a defender nuevamente al gobernador Aguirre. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.