Guerrero sigue siendo el tema del día en la mayor parte del país. Pareciera que el extravió, desaparición o posible ejecución de 43 normalistas de Ayotzinapa han ocupado la agenda local y federal en las últimas semanas. Pero también hay que señalar que el mundo entero ha puesto sus ojos en lo que ocurre en este país, y algunos
organismos internacionales han hecho eco de los reclamos que en lo doméstico se han vertido. Hace muchos años que no ocurría algo de esta magnitud y ojalá no vuelva a ocurrir, pero hasta ahora no existen avances que nos den certeza acerca de lo que ocurrió, cómo ocurrió, en dónde ocurrió y el desenlace final. Los dichos y las suposiciones están a la orden del día, todos opinan, todos quieren una parte del protagonismo, y eso ha provocado un galimatías de dimes y diretes que han empantanado las investigaciones.
Pese a que la posición del gobernador Ángel Aguirre Rivero se ha tornado difícil e insostenible para algunos, él piensa lo contrario y ha venido maniobrando para evitar que lo alejen de la gubernatura. Es natural la posición del señor Aguirre porque prefiere tener el control de las cosas para no ser incriminado como seguramente ocurriría si otros tuvieran el mando en el estado. Muchas cosas se han dicho de su incapacidad en estos momentos para mantener vigente el encargo, pero hasta ahora no ha habido poder humano que lo haga reflexionar acerca de que su salida forma parte de la solución en el problema que él mismo creó por su desatención al foco guerrillero que se ha venido gestando en Ayotzinapa. A muchos no les gustara esta afirmación, pero hay cosas que también se tienen que reconocer para partir de ello en la reconstrucción del proyecto educativo.
Ayer el Senado de la República declaró que no tiene facultades para desaparecer los poderes en Guerrero como lo solicitará el Partido Acción Nacional. Y no es que la letra de la Constitución no le haya señalado la facultad, lo que pasa es que su capacidad es eminentemente declarativa, es decir, tiene que investigar y, en su caso, declarar si los poderes han desaparecido para que los demás poderes obren en consecuencia. Omar Fayad ha hecho el exhorto al gobernador Aguirre en el sentido de que como lo ha ofrecido, si su salida forma parte de la solución, renunciara de inmediato, que cumpla su palabra y solicite una licencia para que sean otros actores los que lleven a cabo el proceso de negociación con los involucrados.
Pero eso parece importarle poco al señor Aguirre, quien además se las gasta sacando mañas como un viejo coyote para evitar que lo despojen de la gubernatura. Por principio de cuentas, envió un decreto al Congreso para que exista una consulta a los ciudadanos y decidan si quieren que el gobernador siga en el encargo. Pero esto no es más que una táctica dilatoria ya que quienes tienen que realizar el trabajo son sus compinches que tienen la mayoría, y por consecuencia no existe la posibilidad de que la legislen en lo inmediato. Pero también hay otra circunstancia, ya entró el año electoral y no se puede realizar ninguna consulta ciudadana. Tampoco procede el juicio político, pues es la misma instancia quien lo debe realizar y hay disposición de que en año electoral no se puede realizar nada de ello. Ángel Aguirre Rivero está demostrando que tiene más de siete vidas, pero lo que no tiene es honestidad ni probidad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.