La cadena de errores que se han sucedido a raíz de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación iniciara sus embates contra el Gobierno Federal, evidencia la falta de capacidad de los sistemas de inteligencia del Estado Mexicano para prevenir las cosas, y para mantener una severa vigilancia sobre sus principales líderes, a quienes conocen muy bien y saben de lo que son capaces. Ante la evidencia delincuencial de sus liderazgos, no se podía haber relajado el monitoreo, porque no son los hombres del gobierno quienes importan, sino los más de ciento veinticinco millones de mexicanos que habemos en este país.