Los gobiernos de México del presidente Enrique Peña Nieto y del estadunidense Donald Trump están negociando los temas que consideran críticos en las relaciones de los dos países. Qué bueno. Siempre es y será positivo el diálogo entre gobiernos y personas. De eso no hay duda.
En las mesas participan funcionarios de alto nivel e incluso el presidente Peña. Allí están el canciller Luis Videgaray y los titulares de Estado y de Seguridad Interna de Estados Unidos. Hay otros, pero ellos llevan la voz cantante en estos diálogos.
Están hablando de seguridad, migración e incluso comercio. De delincuencia organizada, tráfico de armas y drogas. También seguramente están conversando del muro de Trump, las remesas y Centroamérica. Todos ellos, claro, son tópicos críticos para ambas naciones, cuya vecindad geográfica es ineludible y obligante para decir lo obvio.
Para México ninguna relación resulta más importante, hasta ahora, que la estadunidense. Ha sido así a lo largo de la historia, guste o no. Seguirá siendo un nexo clave en los años próximos, así sea para bien o para mal con Trump y quien lo suceda al frente de la Casa Blanca.
Decía que si están sentados e interesados en negociar es porque hay mucho en juego en los temas que vinculan a los dos países. Ambos también lo saben. De otra forma, no habrían llegado a México los titulares Rex Tillerson y John Kelly, el primero al frente del Departamento de Estado y de la Seguridad Interna, el segundo.
Trascendió la víspera que la reunión con Peña y ambos funcionarios estadunidenses se prolongó una hora. De inmediato, los estadunidenses emprendieron el retorno para informar a Trump, el jefe de ambos.
¿Cuál fue la base de estas conversaciones? Los intereses de ambos países, claro. ¿Hasta dónde van a llegar ambos países en sus negociaciones o conversaciones? Hasta el punto que marquen sus intereses.
¿Conviene a cualquiera de ambos, una pelea a fondo? Supongo que no. Cada minutos México y/o Estados Unidos intercambian bienes y servicios por valor de un millón de dólares . No es un monto nada desdeñable, aún y cuando el presidente Trump, el bisonte de la Casa Blanca, diga que ese intercambio arroja un déficit entre 60 7y 70 mil millones de dólares para su país. Se repiten estos episodios en otras áreas de interés bilateral, no en cuantía, pero si en importancia.
En las negociaciones México-EEUU no están en juego simpatías ni maledicencias. Serán los intereses los que determinen el resultado de las pláticas, que hay que admitir son un buen inicio para el entendimiento.
Es deseable que haya mesura entre las partes, porque hay mucho en juego y ojalá se haga sin estridencias, amenazas o insultos. Trump tedrá que aprender y Peña también.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.