Respeto

SINGLADURA

Un presidente mexicano de izquierda y antiestadunidense no sería bueno para Estados Unidos ni para México, diagnosticó el secretario estadunidense de Seguridad Interna, John Kelly. Así. Escueto soltó la frase.

¿Y quién da al señor Kelly el derecho de decir lo que es bueno o no para México? Simple y llanamente Kelly carece de facultad, derecho o permiso para entrometerse en asuntos que son estrictamente de la jurisdicción mexicana. ¿O no? A menos, claro, que alguien o muchos interesados lo hayan conminado a emitir una opinión semejante, transgresora del más elemental respeto que nos debemos entre personas y/o países, conforme la enseñanza de Juárez hace más de un siglo, pero que por lo visto Estados Unidos y especialmente sus gobiernos han desdeñado e ignorado hasta el cansancio.

Los mexicanos hemos respetado por ejemplo la decisión estadunidense de elegir a un bisonte como inquilino de la Casa Blanca. Nos guste o no, fue una decisión electoral soberana de los Estados Unidos.

Hemos respetado esa decisión, aun y cuando el bisonte llamado Donald Trump incurrió en una serie de agresiones desde mediados del 2015 cuando inició su camino hacia la Casa Blanca al llamar criminales y violentos a los mexicanos. En esa ocasión, el gobierno mexicano ni se inmutó ante la salva de adjetivos siniestros que nos lanzó el magnate del ladrillo.

Antes por el contrario, al señor Trump se le invitó a México a hacer campaña. Como recordamos en mal momento se le recibió casi en calidad de jefe de Estado en Los Pinos y se le permitió ratificar planes contrarios a México.

La visita de Trump a México en agosto del 2016 hizo caer nada menos que al entonces titular de Hacienda, Luis Videgaray. Pero el ascenso de Trump al poder en Washington trajo de vuelta al señor Videgaray al gabinete del presidente Peña.

En los últimos meses, Videgaray ha estado oscilando entre México y Washington. No se han visto hasta ahora los mejores resultados de esa gestión, pero supongo que si Kelly se da el lujo de advertirnos a los mexicanos sobre lo que nos conviene o no es porque se lo han permitido.

Los tenues llamados del gobierno federal a Washington para que nos respete, no han al menos hasta ahora cuajado ni encontrado eco. Supongo que algo debe traer Videgaray guardado bajo la manga. Eso espero.

Si así fuera, imagine que seguiría para nuestro canciller, así éste se haya descartado como siempre hacen los políticos “para la grande” en 2018. Una maniobra exitosa de Videgaray ante el gobierno de Washington lo conviertiría en el “héroe nacional”. No tengo ninguna duda de que por esa razón es que el presidente Peña lo puso en la lanzadera. Después de todo ambos son muy buenos amigos y uno se debe al otro. ¿O no?

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