¡Ánimo, presidente!

Singladura 
Vamos, presidente, aún es tiempo. Tiene tiempo, capital político, respaldo
social y la esperanza de un pueblo todo para que las cosas mejoren en el país. Haga cuentas. No es tan complejo. Lleva usted diez meses formales en la presidencia y pese a numerosos errores, usted tiene tiempo de rectificar, corregir, enderezar el rumbo por el bien de todos, al menos de la mayoría –algo que ya sería mucho- y no sólo de los pobres, aun y éstos constituyan más menos el 50 por ciento de la población mexicana. Renuncie al cisma nacional.
Usted es un político fraguado en la tierra, conocedor de los problemas más añejos del país. No en vano ha recorrido todo el territorio nacional una y otra vez. Por años buscó de manera persistente la presidencia del país. Es usted un hombre tenaz, no hay duda. Es más, es incluso necio. Estoy convencido de que esa necedad que le valió la conquista del poder, parece que ahora le estorba para gobernar con tino, una tarea que para nada es sencilla o fácil así usted lo haya declarado públicamente. Gobernar es tarea compleja, presidente. No seré yo quien pueda contarle. Pero si gobernar una familia es un reto complicado, mucho, infinitamente más, es gobernar un país. Más todavía una nación tan compleja, vasta y diversa como México.
Sin embargo, usted puede hacerlo y hacerlo bien si deja la terquedad, la necedad, la soberbia que muchas veces acompaña el ejercicio del poder y nubla la mente y tranca la acción. Es usted un hombre sobradamente maduro y ganado en edad. Ambas características deben llevarlo al buen quehacer gubernamental.
Haga los cambios que esté precisado a hacer para que las cosas en general mejoren en México. Ese es el anhelo de la mayoría mexicana. Sabemos que no todos, desafortunadamente. Muchos anteponen sus intereses particulares, sus agendas personales o de grupo, a las urgencias nacionales más sentidas. Pero si usted pega los oídos a la tierra y hace gala de su olfato y experiencia política estoy seguro de que el país puede avanzar.
Los diez meses que suma como titular formal del Ejecutivo Federal y el tiempo que tuvo al frente del gobierno de sombra aún antes de su asunción formal al poder deberían bastarle para que a partir de este mes de septiembre, el mes de la patria, usted adopte las medidas clave que podrían darle un giro al país y su propia administración. Haga los cambios, las correcciones, los relevos que esté precisado de hacer para que este domingo que viene marque un punto de inflexión en el rumbo nacional.
Usted ya lo sabe. Lo ha admitido públicamente. Hay al menos tres tareas clave pendientes. En julio, cuando festejó el primer aniversario de su triunfo electoral, usted reconoció tres pendientes, en los que “no podemos decir que se ha avanzado”, dijo usted mismo. Se trata de economía, salud e inseguridad.
En efecto, la economía anda en cero, la salud de muchos mexicanos, entre ellos niños, termina en muerte y la inseguridad se manifiesta en un drama nacional ya dantesco con todo y Guardia Nacional en marcha. Haga señor presidente lo que tenga que hacer, pero hágalo ya. Este domingo usted tendrá una oportunidad única de anunciar lo que sea menester para enderezar el buque que amenaza encallar. Aún queda tiempo para evitarlo. Usted tiene la palabra.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
@RobertoCienfue1