¿Y la ley, señora?

 
“Al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie”, esta es la proclama nada menos que del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Proclama machacona, insistente, reiterativa. Y sin embargo, sobran evidencias de que la proclama presidencial sólo suena bonita en un país como el nuestro donde jamás se ha cumplido esa máxima y, lo peor, todo hace prever que llevará mucho tiempo antes de que se cumpla. Gravísimo.
Prueba concreta es lo que recién pasó el jueves 26 en la capital del país, donde grupos de jóvenes embozados, entre ellos mujeres, hicieron y deshicieron en el centro de la ciudad capital, sin ningún respeto de la ley de parte de los gobernados y, peor aún, de los gobernantes como en este caso la señora Claudia Sheinbaum, a propósito de las marchas por el quinto aniversario de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.
El sábado 28 se repitieron episodios de vandalismo, ahora durante las manifestaciones de mujeres a favor del aborto.
La señora Sheinbaum ratificó que su gobierno no acometerá “acciones represivas”. Tomó distancia además de quienes violentaron la ley, al decir que esas acciones “conservadoras” no dañan al gobierno “sino a la ciudadanía”, que curiosa y paradójicamente  -digo- representa su gobierno. ¿O no?
Sheinbaum enfrentará una nueva prueba el próximo miércoles dos de octubre cuando se prevén acciones estudiantiles para conmemorar la aciaga jornada en Tlatelolco de hace 51 años.
Al menos, la Concanaco Servytur manifestó su indignación y repudio contra los actos de violencia registrados el sábado pasado en la Ciudad de México, y donde un grupo de manifestantes dañó las instalaciones de la Cámara de Comercio de la ciudad, “vulnerando el Estado de Derecho, la seguridad y la integridad física y patrimonial de los ciudadanos”, dijo.
El organismo gremial condenó en un comunicado los daños provocados al incendiar la puerta de la Canaco Ciudad de México, institución con casi 140 años de fundada y cuyo edificio es parte del patrimonio inmobiliario de la capital del país.
El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, José Manuel López Campos, llamó a las autoridades de los tres órdenes de gobierno a actuar de manera inmediata, y fincar responsabilidades a quienes participaron en los delitos de destrucción patrimonial privada y pública.
López Campos hizo ver que las autoridades “ya no pueden permanecer pasivas ante esta situación violenta provocada por grupos que con intereses particulares que ponen en riesgo la actividad productiva del país y el turismo, sobre todo, la seguridad de los ciudadanos, por la falta de respeto al estado de derecho, base de la convivencia en armonía para el país en paz que anhelamos los mexicanos”.
Alertó por último López Campos que el próximo miércoles “se podría llegar a niveles más elevados de violencia” debido a que es previsible “que las marchas sean de mucho mayor afluencia, y podrían presenten actos de violencia y enfrentamientos entre mexicanos”.
“Todos somos México, unos con la fuerza laboral, la iniciativa privada con el emprendimiento e inversiones, y las autoridades con la responsabilidad del orden público, que les confieren los ciudadanos, pero todos con el mismo derecho y obligaciones en el respeto a los demás”, dijo.
Así que vuelvo a preguntar de manera pública a la señora Sheinbaum en dónde estuvo cuando decenas de jóvenes embozados, entre ellos mujeres, avasallaron el jueves 26 de septiembre durante varias horas de manera delictiva, criminal incluso, el centro de la ciudad de México que presuntamente gobierna? ¿A dónde se metió señora Sheinbaum? ¿Se parapetó en su despacho? ¿Sintió miedo? ¿Por qué tardó tanto en tomar decisiones? Déjeme decirle que usted no gobierna la ciudad de México. Usted es un cargo, si acaso. Usted traicionó el compromiso que asumió cuando protestó al cargo. Lo digo porque usted se comprometió a respetar y hacer respetar la ley. ¿O no lo hizo? Es evidente y sobran las pruebas que usted violó la ley y que usted debería enfrentar un juicio por su responsabilidad o la falta de ésta en el ejercicio del cargo que se le encomendó, que le encargaron los ciudadanos que votaron en forma mayoritaria para que usted asumiera el cargo de jefa de gobierno de la Ciudad de México. Le quedó demasiado holgado ese cargo y esa responsabilidad. Usted debería renunciar por un mínimo de decencia personal y respeto a los habitantes de esta ciudad. Pero estoy seguro de que ni siquiera eso tendrá.
La Ciudad que dice usted gobernar quedó por horas a la deriva la víspera, y lo peor es que usted incumplió la ley, se hizo cómplice de los vándalos que hasta con martillos rompieron vidrieras y prendieron fuego a cuanto quisieron. ¡Qué vergüenza!
Le diré otra cosa: también usted traicionó al presidente del país, su correligionario, López Obrador, quien en su informe, el primero de septiembre pasado, aseguró que México vive ya un auténtico Estado de derecho. Usted lo desmintió en los hechos. ¿Cómo se puede hablar de estado de derecho cuando en la principal ciudad del país simple y llanamente no se respeta ni se hace cumplir la ley? Esa es su primera responsabilidad, señora Sheinbaum. Se lo hago saber como simple ciudadano, profundamente indignado de presenciar cómo decenas de jóvenes vandalizaban la ciudad, perpetraban daños en propiedad privada y todo con una impunidad absoluta.
Imagínese, lo hicieron a la luz pública, provistos de martillos, muebles y todo artefacto contundente que tuvieran a la mano. Y usted señora Sheinbaum, aterrorizada quizá, permitió que eso ocurriera, pese a que dispone de cuerpos policiales y hasta de la flamante guardia nacional para garantizar una sola cosa: respeto a la ley. Envió policías, pero después de horas.
Ah pero quizá usted pensó en arrodillarse y acatar a pie puntillas la instrucción de su amigo y aliado político, el presidente López Obrador, según el cual nunca se reprimirá a nadie y menos a los jóvenes, aun éstos cometan todo tipo de latrocinios en detrimento del Estado de Derecho que dicen defender.
¿Qué vergüenza! Y si permiten semejantes ataques y semejante impunidad a la luz pública, qué podemos esperar de ambos como gobierno? ¡Absolutamente nada!
Le aclaro señora Sheinbaum que nadie les pide represión. Sólo se les pide que respeten y hagan respetar la ley, que sí existe, le aclaro por si hace falta.
Si ni siquiera hacen respetar la ley cuando hay flagrancia, qué nos queda por esperar de ustedes en el combate a la delincuencia, que es mucho más eficaz, rápida y capaz que ustedes?
Es por ello que vivimos bajo el imperio y el flagelo claro de la delincuencia, la encubierta y embozada y la que actúa en las calles con absoluta libertad, sin que nadie se atreva a poner un límite a tanta destrucción, daño y sobre todo, ilegalidad.
La víspera, señora Sheinbaum, perdí de un solo golpe y porrazo lo que me quedaba de expectativa sobre su gestión como “jefa de gobierno” de la ciudad de México. Usted y nadie más, sepultó a su propio gobierno, por llamarlo así. Sólo faltará que entonemos el himno que usted podría componer y cuya letra le sugiero: “vivan el caos, la impunidad y la violación de la ley. Qué vivan. Pobre ciudad de México con alguien como usted al frente del gobierno. ¿Seguiremos así? Impídalo. Es su primer deber: respetar y hacer respetar la ley. Sólo cumplo con el deber de hacérselo notar o recordar si es que lo olvidó o desconoce.
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@RobertoCienfue1