¿Y ahora qué sigue señor presidente? ¿Cómo su gobierno dará respuesta a las demandas
femeninas que parece ya se le salieron del huacal? De poco, muy poco servirán sus declaraciones de índole personal y/o familiar, según las cuales en su familia no hay machismo, tampoco discriminación ni clasismo. Eso, si acaso, que bueno para su familia, pero y ¿el país qué?
Tampoco ayudará mucho la propuesta de la titular de Gobernación para que las escuelas públicas sirvan de refugio a las mujeres golpeadas, maltratadas o ultrajadas. Se queda corta la iniciativa de la señora Olga ante un fenómeno que alcanza a millones de mujeres mexicanas, muchas de ellas en la marcha conmemorativa de la víspera y en la que hoy seguramente sacudirá de nueva cuenta al país.
¿Qué hará su gobierno, presidente? Decir que la violencia en contra de las mujeres es incompatible con la 4T, tampoco basta. Mucho menos, señor presidente, hablar de que la violencia en contra de las niñas y mujeres es incompatible con “nuestros ideales”. ¿Es todo lo que tiene presidente para detener el flagelo de violencia que sufren cada día, cada semana, cada mes y cada año una inmensa mayoría de mujeres en México?
Usted y su equipo de seguridad deben tener “datos” precisos sobre la violencia creciente y la impunidad que se enseñorea en todo el país y es particularmente grave para las mujeres mexicanas, el mayor punto de apoyo de México.
Y deje ya de hablar de manipulación, señor presidente. Las mujeres de este país son demasiado inteligentes y usted debiera saberlo bastante bien y mejor. A las mujeres les debemos más de la mitad de la vida y ellas nos conocen de sobra a los varones de México. Entiendo que usted es padre sólo de varones, pero eso no debería obstar para una mejor comprensión del hecho femenino.
Y si usted dice que todos los días usted y su gobierno se ocupan de “atender las causas y los efectos de la violencia”, pues sólo ofrecen magros, muy magros resultados de tanto empeño a juzgar por las cifras que arroja la violencia contra las mujeres y los hombres en su conjunto. Hagan algo mejor es lo que esperamos la inmensa mayoría de mexicanos porque la violencia está hoy peor que nunca en la historia reciente nacional. Usted conoce o debería tener las cifras exactas en sus manos o en la cubierta de su escritorio. El drama de la violencia, hay que insistir, es muchísimo muy grave en México. Es tan grave que ya levantó a las mujeres de sus asientos, las sacó de sus oficinas, de sus casas, de las escuelas y universidades y las puso en las calles del país para denunciar lo que están sufriendo a diario y les resulta intolerable. Ellas ya se cansaron de tanto abuso y crimen, y cuidado señor presidente cuando Ellas se hartan.
Insiste usted presidente en que utiliza una lógica diferente para enfrentar la inseguridad y la violencia respecto de la forma en que hicieron sus antecesores en el Ejecutivo Federal. Qué bueno que tenga usted sus propias teorías e instrumentos, nadie se opondría ni las criticaría si dieran resultados. Pero todas las cifras revelan un empeoramiento de la seguridad pública y la violencia en el país.
Si, sabemos como usted mismo ha reivindicado que es bastante terco, pero hasta ahora esa tozudez no da resultados positivos. ¿Entonces? Así entonces ¿seguirá la terquedad hasta el final de su sexenio cueste lo que cueste en vidas? Esto sin hablar de otros costos, menos graves si se quiere, pero costos al fin para el país? ¿Qué espera para hacer cambios, ajustes o adoptar nuevas políticas que acorten la hemorragia cotidiana del país, peor aún si se me permite cuando toca vidas femeninas? Estoy seguro de que usted y sus equipos tienen o deberían tener un abanico de alternativas para frenar al menos tanta violencia en general en el país.
Ya deje de prometer, señor presidente. Urgen resultados y no sólo promesas de que se reducirá el índice delictivo, se terminarán los crímenes de odio y los feminicidios “porque vamos a estar trabajando firmemente con este propósito”, prometió usted otra vez en Zacatecas. Sabemos señor presidente que hay tiempo de tirar cohetes y tiempo para recoger varas. Ya es tiempo.
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@RobertoCienfue1