Asumo que es muy difícil para los funcionarios de la 4T el equilibrio entre sus posturas públicas y lo que
ocurre en los hechos. Impecables, las primeras. Los hechos se empecinan muchas veces, sin embargo, en llevarles la contraria.
En la víspera por ejemplo me encantó ver y escuchar a la titular de la Secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, una destacada y joven abogada con posgrado en la Universidad de California en Berkeley. Hija además del exitoso abogado Arturo Alcalde y la política Bertha Luján, cercana incluso en los afectos al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Recuerdo los tiempos de la campaña presidencial más reciente en México, que culminó con el aplastante e inobjetable triunfo de López Obrador. Alcalde Luján defendía y muy bien por cierto al entonces candidato López Obrador durante los debates televisivos. Presentaba argumentos sólidos, y con un estilo y temperamento personal absolutamente vehementes. Confieso que me gustaba verla y más aún aplaudía en silencio claro la inteligencia de sus argumentos y exposiciones. Siempre imaginé claro que de ganar la presidencia, López Obrador le reservaría un cargo de responsabilidad. Así fue.
El mismo día que asumió la presidencia de México, López Obrador incorporó a Alcalde Luján a una secretaría particularmente compleja como resulta la del Trabajo y Previsión Social. Al margen de los antecedentes familiares, - que abonan, claro- Alcalde Luján bien ha desempeñado su responsabilidad, crítica en un país con tantos desequilibrios –para decir lo mínimo- en materia laboral y social.
En la víspera y en estos días de guardar por el Covid-19, la secretaria Alcalde Luján convocó a los empleadores del país a respetar la ley, impedir el despido de trabajadores y pagarles su salario íntegro. Aplaudo el pronunciamiento de la funcionaria. Sin regateo alguno.
Dijo igualmente, en compañía del subsecretario Hugo López-Gattel Ramírez, que están abiertos los números telefónicos de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajador y del Trabajo para que los trabajadores reciban atención y asesoría si y sólo si resultan víctimas de despidos o violación a sus derechos laborales. Bravo, otra vez.
Añadió que es crítico en estos momentos de severa dificultad pensar que para los trabajadores el salario es el sustento que tienen para ellos y para sus familias. Más aún porque se trata de personas que viven al día.
Cierto, absolutamente cierto, señora secretaria Alcalde Luján. Usted tiene razón absoluta. Y sin embargo, sus palabras y posicionamiento público me remiten a la crisis laboral, (in) humana y hasta delictiva –es menos duro este último calificativo que utilizar el de criminal- que hace más de un año impera en Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano.
Usted lo sabe. A Notimex llegaron con la 4T prácticas delictivas como una abrupta reducción de salarios, bajos de por sí, robo de prestaciones, decenas de despidos injustificados, liquidaciones injustas bajo presión y amenazas, intimación, acoso, y otros hábitos y ejercicios que estropean, vulneran y dañan al Estado mexicano. En pocas palabras, una política laboral barbárica e, insisto, delictiva, y si esto sigue ocurriendo en el seno mismo de una Agencia del Estado, imagínese lo que podría estar sucediendo o podría pasar en otros ámbitos, en particular aquellos del sector privado a los que Usted llama hoy a respetar la Ley.
Al menos de manera aspiracional, el Estado, supongo señora Secretaria, debe ser un espejo nacional de pulcritud, acatamiento y respeto de la ley. Nada más pero nada menos. Hacer lo contrario a esto nos daña a todos los mexicanos, en particular a los más vulnerables como muchos ahora ex empleados de Notimex, a los que se echó en minutos a la calle, sin un peso en sus bolsillos y sin que importara la suerte y/o sobrevivencia económica de ellos y sus familias. Se añade ahora la crisis del coronavirus, que seguramente atizará sus penurias de todo tipo, económicas, sanitarias y familiares. Todavía hoy, después de meses, muchos de estos ex empleados de Notimex sufren con sus familias por el crimen cometido en su contra. Usted también sabe esto.
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@RobertoCienfue1