Los Armendariz

Hace poco más de una década, cuando escribía historias sobre personajes o figurones de México

 para medios periodísticos extranjeros, tuve la suerte de entrevistar a Pedro Armendariz Jr. Entre sus actividades, Armendariz incluía entonces tareas como secretario del comité coordinador de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, A.C.
Esto viene a cuento porque en la víspera y en coincidencia con el 57 aniversario de la muerte de Pedro Armendariz Hastings, padre de Armendariz jr y figura legendaria del cine mexicano, recordé aquella charla, que les comparto hoy como un tributo sencillo a estas dos grandes personalidades de la actuación y la cultura de México.
La historia dice así, digo hoy al parafrasear a los copleros de antaño: “lleva igual nombre, acumula una larga trayectoria en las pantallas grande y chica, comparte un notable parecido físico, pero descarta que pudiera entregarse a la muerte como lo hizo su padre, el legendario actor mexicano Pedro Armendariz, a los 51 años.
Pedro Armendariz jr, tenía 23 años cuando supo la noticia: su padre, aquejado por un cáncer que largamente temió, decidió suicidarse en Los Ángeles con una pistola que primero fue incautada por las autoridades y luego arrojada al mar de California.
¨En un recuento me doy cuenta que ya lo tenía planeado porque él se llevó la pistola de México¨, relata Armendariz, de 60 años, en una entrevista, en la que dice que aún es un misterio para él mismo cómo hizo su padre para meter en Estados Unidos la pistola y los cartuchos.
¨Un día que se me aparezca por allí le voy a preguntar cómo chingados hizo para meter una pistola a Estados Unidos¨, narra Armendariz jr, quien inició una prolija carrera cinematográfica hace 35 años que explica su participación en un centenar y medio de filmes.
-¿Y cómo sabes que se la llevó de México? planteo.
- Pues era de él. Se la llevó de México con cartuchos y todo y se la metió al hospital.
-¿Y dónde quedó la pistola?
- Allí está en Estados Unidos, en el mar. Es una historia medio rara con un amigo de él. La pistola la recogió la alcaldía de Los Ángeles como prueba del suicidio.
Armendariz jr, agrega que un amigo irlandés de su papá lo llamó al tiempo para decirle: ¨la pistola me la regresó el condado de Beverly Hills, qué hago yo. ¿No la quieres tú?
¨La verdad no¨, dijo Armendariz jr. ¨Hay muere¨, refrendó, nos cuenta durante la charla.
Fue entonces que -agrega- ese amigo se fue un día, se subió a un risco. Allí en el mar al lado de California y se tomó dos whiskies irlandeses, que era lo que le gustaba a mi papá y tiró la pistola al mar.
¿Tienes tristeza por la forma cómo murió tu padre?
- No, no. Al revés. Él fue el dueño de su vida, de su forma de vida, de su existencia, de cómo nació, cómo vivió y cómo murió. Fue su alternativa frente a lo que hubiera significado para él y su historia verse arruinado en una cama. Mejor dijo esto se acabó.
¿Harías lo mismo en una circunstancia similar?
- No sé. Pero yo no pienso así. No me pasa por la cabeza que voy a tener una enfermedad. Yo soy como mi mamá -la actriz Carmelita Bohr-. No nos enfermamos de nada.
Afirma que Armendariz siempre tuvo ¨en su cabeza la cosa de la enfermedad¨. Incluso vacilaba a veces ¨con que se iba a morir de cáncer¨ y en efecto así fue.
Pero él dijo -recuerda el hijo de Armendariz- ¨yo no voy a dejar que el cáncer me alcance a mí y yo me lo voy a agarrar y se metió un balazo¨ el 18 de junio de 1963.
Armendariz jr, quien dejó la arquitectura para abrazar el cine y proseguir la herencia de su famoso y recordado padre, cuenta que él nunca lo tomó como una leyenda de la cinematografía mexicana.
“Yo no viví los problemas de Paul Newman o Carol Burnett por el peso de la leyenda”, expresa Armendariz, un reconocido actor mexicano que también y al igual que su padre ha conquistado dos Arieles y se desempeña hoy día como secretario del comité coordinador de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, A.C.
Jurado en los prestigiosos festivales de Cartagena, Huelva y Biarritz entre otros, Armendariz jr confiesa que entre las películas que filmó su padre en la época de oro del cine mexicano, para él Enamorada es la que más le gusta.
Armendariz jr recuerda que Enamorada es “la fierecilla domada de Shakespeare, en comedia y metida en México. La adaptaron muy bien”, refiere, al agregar que es un filme “muy interesante y con grandes figuras”.
Dirigida por Emilio “El indio” Fernández, Enamorada fue protagonizada por Armendariz y la famosa María Félix. La cinta fue fotografiada por Gabriel Figueroa y en los papeles secundarios incluyó a Julio Villarreal, Manuel Dondé, Miguel Inclán.
“Enamorada es una cinta con personajes que están en su momento histórico perfecto, es una película muy bonita. Yo la he visto 300 veces y cada vez que la veo me encanta y aún lloro”, admite Armendariz jr.
Relata que a su padre le encantaba cocinar. “Era buenísimo. Se le olvidaban todos sus guiones de cine, sus fotografías, pero traía 40 recetas de cocina, comía muy bien. Eso lo heredé”, dice Armendariz jr.
- ¿Era mal hablado tu papá?
- Un poco. Le salía natural. Pero cuando se enojaba, cuidado. Bravo, bravo. Tenía un temperamento y de pronto sí agredía a la gente. De pronto se le botaba la canica y se le borraba el casete. Hacía tal coraje que se le reventaban las venas de aquí”, refiere Armendariz jr, al llevarse las manos a la garganta.
De hecho, añade, “escupía sangre. Tenía un temperamento serio. Pero se enojaba parejo y mandaba a chingar a su madre parejo”.
A mí -dice- “mi papá me trató de veras espléndidamente, muy generoso, muy amante de la libertad. Fue un hombre duro, pero nunca me obligó a hacer algo que yo no quisiera. Me heredó este espectro maravilloso que es la libertad. Era un hombre estricto, pero no necio”.
Como sabemos, Armendariz jr. murió también de un cáncer hace nueve años en Nueva York.

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@RobertoCienfue1