Nuevos paradigmas

La pandemia del Covid-19 también traerá o debería dejar cosas buenas, nuevos paradigmas para la vida

 individual, familiar y social. Es ya un lugar común decir en estos días que la historia marcará un antes y un después a partir de la embestida feroz de este virus, y es cierto.
Nada debería ser igual que antes o al menos no debería, luego que los países y el mundo entero recobren, aún y cuando sea de manera parcial o relativa, la ya denominada “nueva normalidad”.
Un punto crucial para esa nueva etapa será sin duda la producción, el consumo y aún la distribución y/o comercialización de alimentos en comunidades, pueblos y ciudades.
Luis Rebollar, un emprendedor social como gusta ser considerado, está apostando a la llamada “agricultura urbana”, un concepto que si bien no es nuevo, podría cobrar un renovado auge en los tiempos difíciles que corren y contribuir a resolver el problema de la producción de alimentos.
Promotor aun antes de la pandemia del programa “Sembrando Conciencia”, Rebollar apuesta a concientizar sobre la importancia de la agricultura, y sus infinitas posibilidades urbanas.
Se trata de “crear agricultura urbana básica, después de aprender a fertilizar y más tarde de generar un ecosistema”. Es el resumen de “Sembrando Conciencia”, un programa cuyo propósito central consiste en la incorporación de miles de niños en escuela primaria.
En tres o cuatro años “veo este programa con una transformación en la mentalidad de los niños, sus padres y profesores”, plantea para que “podamos ver esto como uno de los tantos chalecos salvavidas en el futuro. Hay mucha gente y hay pocos campesinos, así que se tendrá que producir la comida de una manera industrializada y así que más vale que empecemos pronto”.
Convencido de que la agricultura urbana constituye una forma de resolver una necesidad primordial y apremiante, que es la alimentación, Rebollar también cree que se trata de un tema de limpieza de aire y una necesidad de devolver algo de lo mucho que se ha gastado del planeta.
En las azoteas hay forma de hacerlo, plantea. “Todos tenemos manera de empezar con la agricultura, hasta en cubetas si las llenamos con tierra”.
Hace ver que pronto el canal de su grupo empresarial va a “explicar cómo se puede fertilizar de manera orgánica para que no tengan que usar abonos con químicos o pesticidas”, que impactan el medio ambiente y son potencialmente dañinos para la salud de las personas.
Destaca que es posible producir frutos en nuestra propia casa, lo que cambiará y mejorará el futuro de la alimentación.
Insiste en que “Sembrando Conciencia” trata de una serie de “grandes propuestas de cómo empezar a ser un campesino urbano”, una alternativa que enriquece a la persona. “No pido que hagas agricultura urbana porque no tengas dinero para comprar, pido que ayudes a salvar parte del mundo donde vivirán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos donde cada vez será más complicado el tema de la alimentación”, anticipa.
El programa “Sembrando Conciencia” prevé “en un principio los muros naturales para llevar a los niños el tema de la agricultura urbana” porque resulta “un tanto absurdo” que a un niño le enseñen biología, pero jamás ha visto un renacuajo, que les expliquen el tema de las plantas, pero jamás ha visto cuándo nace un jitomate”.
Así que “necesitamos espacios en las escuelas para que los niños puedan llevar ese sentimiento hasta su casa y que no conciban en el futuro una vida sin apoyar al planeta”, indica.
Luis tiene la convicción de que de esta manera se tendrá una vida más saludable y más educada que es el sitio donde vivimos, un aire más limpio y comida sin químicos porque “tú mismo la cultivaste”.
De esta forma los niños aprenderán en las escuelas el origen de las plantas, un poco de geografía, de dónde vienen, un poco de historia, cuando nacieron esas plantas, y de ciencias naturales.
“En los muros habrá plantas de diferentes especies, comestibles, aromáticas, suculentas, curativas para que los niños tengan una idea de la importancia de esas plantas y alimentos en nuestras vidas”, anticipa.
Cuando refiere la marcha de “Sembrando Conciencia”, Luis cuenta que “está prácticamente todo preparado”. De hecho, dice que ya iniciaron unos talleres sobre cómo las personas pueden cultivar en sus casas. Preparamos ahora videos tutoriales de como en un garrafón roto se pueden tener y cosechar jitomates. Esto ya lo iniciamos.
Explica que en colaboración con escuelas, se piden 30 minutos dos veces por semana que salgan los niños a interactuar con las plantas, a través del riego, que toquen la tierra, que toquen las hojas y que estén en contacto con las plantas.
Claro, admite, se requerirá el apoyo del profesor, la explicación necesaria de la tierra, de la semilla, cuánto tarda en germinar, por qué necesita el agua, porque necesita el sol, algo que ellos ya les explicaron pero necesitan lo sensorial.
De igual forma, anuncia, “llevaremos el invento mexicano de la lluvia sólida”, desarrollado por Sergio Rico.
La lluvia sólida, explica, “Es un polímero que une las moléculas del agua”, donde con una “tapita de refresco podemos hacer más o menos un litro de agua”.
“Con esto podemos cosechar el agua y guardarla en un tema tipo gel y esto es una actividad sensorial que los niños pueden tocar. Abrimos la tierra en surco y allí pondremos el gel. Así que en lugar de regar a diario, se regará dos veces por semana dependiendo de la planta y este hidratante puede durar 10 años en descomponerse pero cuando entra el sol no se evapora y la planta lo va bebiendo conforme lo va necesitando”.
Luis explica que una vez que esta agua “entra a la tierra en forma de gel, dura hasta que la planta se la acaba, la absorbe paulatinamente y luego que la absorbió, vuelves a regar y se vuelve a hidratar. Se recicla así mismo”.
En consecuencia, el gasto de agua para riego se reduce hasta en un 60 por ciento. “Esta actividad la puede hacer el niño y este mecanismo de absorber el agua, hidratar la planta y este mecanismo lo puede hacer durante diez años”.
En una segunda etapa, se buscará cómo hacer para que las plantas tengan más provecho, “cómo fertilizarlas de manera orgánica”.
Así que la siguiente etapa será el tema de la composta, que hace que de un 100 por ciento de basura que se tira ahora sólo se deseche un 20 por ciento.
Expone que el papel, el cabello, los cascarones, la comida vegetal “se las damos de comer a las lombrices y todo el desperdicio vegetal, hasta tu pasto, la papaya, las frutas y las verduras, van a un contenedor para compostarse.
Ocurre de manera natural que las lombrices se lo comen. “Yo siempre digo que todo es tierra y todo es agua porque un árbol cuando nace viene de la tierra y del agua, aun cuando necesita sol”.
Hace ver que se utilizan las bolsas de manta porque las frutas traen su propio empaque. Por ejemplo, “cuando comes un mamey, trae un empaque increíble biodegradable, que vuelve a nutrir y vuelve a ser tierra, el plátano, todo trae su propio empaque y eso será enseñanza para los niños”.
La siguiente etapa es cómo hacer que toda esa parte –cascarones, frutas y verduras- se vuelva a convertir en tierra fortalecida porque ya pasó por un procesamiento, porque las lombrices comienzan a defecar tierra que se le llama humus y éste tiene los requerimientos esenciales para nutrir las plantas en forma extraordinaria. Si lo echas a tu jardín no es verde, sino verde oscuro”, resume.
Y esto es susceptible de hacerse con frutas y verduras. “Todo”.
Es un hecho, subraya Luis, que las lombrices se comen lo que se echa a perder y no lo que está vivo. “Son una parte increíble del ecosistema y los niños podrán convivir con eso y notarán que es un tema extraordinario”, dice.
Será una experiencia “simple, divertida y desestresante e incrementará habilidades y aprendizaje en los niños”, anticipa. “Vamos a provocar un gran cambio”, prevé.
Más tarde, dice, “generaremos ecosistemas, un ecosistema sólo en una escuela donde haya peces, haya lirios, lombrices, se alimenten, crezcan, y defequen, que sería el tema orgánico del abono”.
En medio todavía de la pandemia, emprendimientos de este tipo podrían y deberían marcar un antes y un después en la historia de estos días aciagos para muchos mexicanos y una forma de redireccionar nuestro futuro.


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@RobertoCienfue1