Algunas pistas

En medio del caso del general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien como sabemos está de vuelta a México y con su familia, hay algunas pistas que conviene mantener en la mira, entre ellas el mensaje que pronunciará hoy mismo el general-secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, único orador de la ceremonia para conmemorar el 110 aniversario de la primera revolución social del siglo XX que se encunó en nuestro país.

 Por lo pronto ahora se entienden bien y aun sobradamente las motivaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador para retardar el reconocimiento y la felicitación al candidato demócrata a la presidencia estadunidense, Joe Biden. Aunque adujo una política principista basada en la Doctrina Estrada, en realidad nuestro primer mandatario estaba impedido para enviar siquiera un mensaje a Biden debido a que su gobierno se encontraba en una plena y muy sensible negociación con el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, con el objetivo de gestionar la supresión de cargos criminales contra el general Cienfuegos Zepeda. Cualquier error en medio de una negociación de alto calibre como esa habría descarrilado por supuesto el resultado alcanzado. Basta constatar las fechas del inicio de las negociaciones 4T-Trump sobre Cienfuegos Zepeda para darse cuenta del enorme riesgo que confrontaron. Así que tuvo que andarse con pies de plomo.

También se entiende con holgura que el Ejército mexicano se haya parado de manos ante el Jefe del Ejecutivo mexicano debido a la aprehensión y amenaza de juicio a un militar de la talla y forje del general Cienfuegos Zepeda, formador de numerosas generaciones de militares hoy en servicio activo. A diferencia de cualquier otra institución en México, El Ejército constituye un genuino baluarte nacional, con espíritu de cuerpo, disciplina, sentido nacional, patriotismo, espíritu de sacrificio, lealtad a toda prueba y cadenas de mando perfectamente definidas e inalterables. Todo esto no es poco y menos en un país como México, donde escasean el respeto, el orden, la civilidad, y aún el profesionalismo. Añada a esto el papel cada vez más prominente que el presidente López Obrador ha cedido en su gobierno a las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) y al Ejército en particular hasta convertirlas en un auténtico puntal de su gestión. Guste o no y aun asumiendo los riesgos que implica una política de este tipo, López Obrador se ha recargado de manera excesiva en las FAN. Hoy depende en buena parte de ellas. Esto último quedó más que visto en el caso que nos ocupa.

Una tercera pista que deberá seguirse en los próximos días, semanas y aún meses es lo que vendrá en relación con el caso del general Cienfuegos Zepeda, un asunto de alta complejidad que desde su inicio con la aprehensión del alto jefe militar en el aeropuerto de Los Ángeles hizo trastabillar al propio presidente López Obrador, pese a su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales. Asiduo practicante del verbo incontinente, López Obrador quiso capitalizar inicialmente para su causa política el arresto del general Cienfuegos Zepeda. Ni siquiera habían corrido 24 horas del arresto cuando el Primer Mandatario dijo entonces que la aprehensión de Cienfuegos Zepeda era una “muestra inequívoca” de la descomposición del régimen durante el periodo neoliberal. Si bien lamentó el hecho y aun expresó el derecho a la defensa, el presidente vinculó el caso y aun estableció paralelismo con las acusaciones que enfrenta en Estados Unidos, Genaro García Luna, ex titular de Seguridad Pública en el gobierno del presidente Felipe Calderón.

El presidente López Obrador fue más lejos cuando dijo incluso que “todos los que resulten involucrados en este otro asunto del general Cienfuegos, que estén actuando en el Gobierno, en la Secretaría de la Defensa, van a ser suspendidos, retirados y si es el caso, puestos a disposición de las autoridades”. Imagine el peso de esta advertencia presidencial en las filas castrenses.

Después vinieron otros hechos y un manejo político distinto del original, muy diferente diría quien esto escribe. Es obvio y claro que algo pasó en el intermedio y en las relaciones entre el Ejecutivo Federal y el Ejército Mexicano. Aunque puede intuirse lo ocurrido, es probable que un día se conozcan más detalles de lo ocurrido en esta esfera de poder a poder. En su mensaje hoy, el general-secretario Sandoval González podría dar alguna pista nueva.

Resultado de ese cambio de hoja de ruta del gobierno federal mexicano fue la supresión de los cargos criminales contra el general Cienfuegos Zepeda en Estados Unidos hasta conseguir su liberación y repatriación a México en un jet estadunidense valuado en unos 35 millones de dólares estadunidenses. Es un hecho inédito para ambos países.

¿Qué sigue en esta historia de interés e impacto singular para México y Estados Unidos? Hay que seguir la pista.

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@RobertoCienfue1