En la semana que concluye, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el nombramiento de cinco mujeres en cargos relevantes del gobierno federal, lo que subraya el interés presidencial de incorporar a la vida pública del país a más mujeres, en especial aquellas que tienen como “distintivo” particular la honestidad a toda prueba. Enhorabuena.
Como se sabe, López Obrador propuso a Tatiana Clouthier como nueva titular de la Secretaría de Economía, en relevo de Graciela Márquez Colín, quien a su vez se sumará a la Junta de Gobierno del Inegi. También nombró a Galia Borja Gómez como Subgobernadora del Banco de México; Elvira Conchero se perfila como nueva Tesorera de la Federación y la capitana de altura, Ana López Bautista, será la coordinadora general de Puertos y Marina.
Convencido de que la corrupción en México constituye el mayor mal del país, López Obrador confía en que estas mujeres representan un genuino sello de garantía por su incorruptibilidad cabal.
Nadie se atrevería siquiera a dudar en los casos de estas designaciones que se trata de mujeres profesionales y honestas, insisto, pero también hay mujeres en la 4T que desempeñan cargos destacados y que al menos despiertan o deben abrir dudas y sospechas sobre el blindaje anticorrupción que animó sin duda al Jefe del Ejecutivo a hacer el anuncio del lunes pasado.
Veamos un caso, por ejemplo. Sus raíces están sembradas hace años en los predios panistas o albiazules, a tal grado que fue diputada por ese partido. Sin embargo, se cobija y muy bien bajo el toldo de la 4T, que le paga en un puesto prominente en el Seguro Social.
Se trata de la doctora Gisela Juliana Lara Saldaña, una panista desde 1999. Eso no obsta para que Morena y / o la 4T la tenga en la titularidad del IMSS-Bienestar. Podría decirse que no importa su militancia panista si sirve y bien al gobierno de la 4T, pero sus nexos con el matrimonio Calderón Zavala y en especial con la ex primera dama albiazul indican lo contrario. La lealtad de Lara Saldaña es con doña Margarita desde hace años. También con el ex presidente, a quien informa oportuna y detalladamente los movimientos, circunstancias y cuanto resulte de interés sobre el hoy inquilino de Palacio Nacional. No hay duda de que Lara Saldaña es una mujer hábil pues sirve en apariencia a dos amos, pero consiente sólo a uno.
Quizá por ello los morenos la juzgan una espía de los conservadores, que le dieron una diputación federal, plurinominal claro.
Se sabe que Lara Saldaña llegó a la titularidad del IMSS-Bienestar de la mano del senador Germán Martínez Cázares, sí, otro personaje hábil del panismo tradicional que supo congraciarse con el presidente, llegar a la titularidad del IMSS y renunciar cuando fue oportuno.
El sucesor de Martínez Cázares, Zoe Robledo, mantiene a Lara Castañeda en su cargo, sin que le cause el mínimo escozor, duda o inquietud.
La habilidad de Lara Castañeda también la comparte con su esposo, Eutimio Caballero Silva, quien tiene una jefatura en la Oficina Fiscal de Tula, Tamaulipas y aspira a la presidencia de ese municipio bajo las siglas del PAN. Caballero Silva ya fue regidor del ayuntamiento de Tula hace cuatro años. Es probable que en sus aspiraciones cuente con el respaldo de Lara Castañeda, su esposa, cuyo patrimonio ha crecido y no poco aun en tiempos de la austeridad republicana.
El caso de Lara Castañeda contrasta sin duda con las mujeres que esta semana propuso el presidente para ocupar cargos relevantes del gobierno federal. Es de llamar la atención.
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@ RobertoCienfue1