De la inmunización a la politización

Lo que faltaba. El tema de las vacunas y la aplicación de las vacunas contra la Covid-19 se está politizando cada vez más. Lo grave del caso es que en medio de este debate y / o polémica está la vida de millones de mexicanos, que al parecer poco importan según se deduce del número creciente de enfermos y muertos por el coronavirus. Esos números ya ni siquiera espantan o amilanan. La gente muere o enferma y pues ni modo, parece ser la
actitud de gobernantes y aún de muchos ciudadanos que se resignan ante una situación prácticamente catastrófica.
 
La víspera llegó a México un nuevo embarque de 220.000 vacunas, la mitad de lo esperado, en medio de las críticas de expertos sobre el impacto que tendrá en los planes de inoculación del gobierno la reducción de los envíos de Pfizer.
 
Hasta ahora suman unas 700.000 las dosis entregadas por la compañía asociada con la firma alemana BioNTech desde el 24 de diciembre pasado de las cuales casi 500.000 ya fueron aplicadas, la mayoría a personal sanitario.
 
Pero crecen las denuncias por la aplicación a personas que nos les corresponden, como directivos de hospitales, funcionarios públicos y legisladores, e inclusive miembros de las brigadas del gobierno para promover el voto, repartir pensiones en efectivo y apoyar la distribución de los antígenos.
 
Se sabe que hay anarquía en el reparto de los antígenos y la exclusión de los médicos privados.
 
Pfizer dijo que retrasará tres semanas las entregas desde las vacunas comprometidas por un reajuste en su producción, mientras que el gobierno mexicano lo atribuyó al llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a evitar el monopolio de las vacunas para que lleguen a los países más pobres.
 
En este escenario el gobierno mexicano está a punto de cerrar un acuerdo con una farmacéutica rusa para la distribución de la vacuna Sputnik V, una vez que el ministerio de Salud la autorice de emergencia.
 
Se analizará además de la recepción en breve de los embarques de la firma chino-canadiense CanSino y la británica AstraZeneca.
 
Este miércoles se espera que llegue el primer embarque de AstraZeneca, en grandes contenedores, con el "principio activo" de las vacunas procedente de Argentina, que deberán ser envasadas en México, equivalente a 6 millones de dosis, que deberán estar listas en el primer trimestre del año.
 
El nuevo cargamento de vacunas de Pfizer y BioNTech llegó a los aeropuertos internacionales de la Ciudad de México y de la norteña ciudad de Monterrey, con 219.375 dosis, en vez de las 439 mil vacunas previstas.
 
Ahora, el gobierno enfrenta la disyuntiva de completar o no la segunda dosis a los que recibieron la primera o seguir vacunando a otros miembros del personal sanitario y retrasar el refuerzo de los que inicialmente fueron inoculados.
 
Pfizer dijo que realiza una adaptación tecnológica a su principal planta en Bélgica, lo que supone la necesidad de parar máquinas para hacer adaptaciones físicas a la infraestructura, para aumentar cuatro veces la capacidad de producción.
 
La ONU pidió a esta farmacéutica ampliar su fabricación de 1.300 a 2.000 millones al año.
 
Se prevé que el lote siguiente llegue a México el 15 de febrero, pero se ha confirmado que Pfizer cumplirá el contrato de 5 millones de dosis para México en el primer cuatrimestre de 2021.
 
El subsecretario Hugo López-Gatell dijo que el retraso en la llegada de vacunas "no afectará de manera importante a México, ya que se trabaja en el reacomodo de los tiempos de la inoculación".
 
Pero expertos dijeron que se trata de una "pésima noticia" y anticiparon que tendrá un "golpe considerable" en la vacunación, por lo que urge que las autoridades sanitarias se reúnan con expertos y discutan el mejor camino a seguir.
 
El retraso en las vacunas es una pésima noticia dada la manifiesta incapacidad del gobierno mexicano para controlar la pandemia en el país y la irresponsabilidad colectiva ", dijo el biólogo de El Colegio de México, Antonio Lazcano.
 
Según Lazcano, el hecho de demorar la campaña de vacunación por razones externas constituye "un duchazo de agua fría, algo muy grave, porque en las últimas semanas las autoridades de salud han centrado su lucha contra la pandemia en la aplicación de la vacuna".
 
Esto en momentos en que México suma 1.649.502 contagios y 141.248 muertos.