Primero fue el lío para el registro de los "viejitos" que desean vacunarse contra la Covid-19. Durante horas y horas, los interesados directos, sus hijos, nietos u otros familiares
bregaron para el registro de aspirantes a una vacuna a través de una plataforma del gobierno federal, que mal funcionó, se cayó y dejó encarrerados a miles, si no millones de interesados en el proceso.
Eso sí, la expectativa del registro alentó y animó a millones de ciudadanos, cuyos corazones palpitaron con más fuerza que nunca ante la posibilidad de que finalmente y luego de casi un año de una pandemia voraz y altamente mortífera, hubiera ahora sí y en serio una luz al final del túnel.
Es más, una vez que al cabo de horas de intentos, uno de ellos fructificó, el registrado o sus allegados saltaron de contentos ante la hazaña, si, la hazaña de obtener el registro con un folio y la leyenda: "le informamos que el Gobierno de México ha recibido los siguientes datos para su registro de vacunación, a la brevedad nos pondremos en contacto con Usted". Arriba, en el encabezado del aviso, un logo del Gobierno de México, flanqueado por el sello del escudo nacional y la inscripción México 2021. Año de la Independencia entornado por un símbolo prehispánico. ¡Albricias! Para muchos de los inscritos, ésto fue casi casi como ganar la lotería, el pase a la vida. Pero en realidad sólo fue el alivio colectivo ante la posibilidad de que la vacuna podría salvar la vida. En concreto, nada o muy poco. Fue el triunfo de la emoción sobre la razón. ¿Qué fue el registro? ¿Se tradujo en algo concreto, real, eficaz? ¡No! La percepción colectiva marcó una esperanza, un ahora sí va en serio. Ya el gobierno está haciendo algo.
Esto por qué ¿dónde están las vacunas?, ¿cuándo van a aplicarse? ¿en qué sitios? ¿Qué vacuna será aplicada? ¿En qué tiempo se cumplirá? Nada, absolutamente nada, más allá de un número de folio y la promesa -de nueva cuenta- de una llamada.
En esos días, inició la segunda etapa del proceso. Un número impreciso de adultos mayores ha comenzado a recibir las llamadas telefónicas prometidas. ¿Sabe para qué? Para preguntar a quienes están registrados si tienen interés en la vacuna. Es otro aliento a la expectativa para impedir que decaiga el ánimo de quienes están esperando la llamada. Mas nada. ¿Está usted interesado en aplicarse la vacuna? Claro, han dicho muchos de los ciudadanos. Hacen ver a sus interlocutores al teléfono que de no haber tenido o tener interés en la vacuna no habrían invertido ellos o sus familiares horas para alcanzar el registro. Lógico.
Más aún. Cuando se les pregunta a los interlocutores al teléfono detalles sobre cuándo, dónde, qué vacuna y cómo se pondrá ésta, los mismos responden con absoluta sinceridad -eso sí- que desconocen las respuestas a esas dudas. "A nosotros -imagino que suman miles- sólo nos están pidiendo que les hablemos y preguntemos esto: ¿tiene usted interés en la vacuna? Una bocanada más de esperanza, lo único real, concreto hasta ahora.
El propósito, según estas evidencias y actuaciones, es impedir la percepción ciudadana que el gobierno está hecho bolas en esto de las vacunas. Se trata de mantener la imagen de que el gobierno está actuando aun y cuando carezca de vacunas, estrategia y fechas o datos precisos para cumplir la promesa de que habrá vacunas para todos.
Imagínese. Recién la víspera, en horas de la madrugada y sin una ceremonia pomposa como la del 23 de diciembre pasado cuando llegaron tres mil vacunas, arribaron al país las primeras vacunas chinas, horas después de que el gobierno autorizó de emergencia los antídotos CoronaVac y CanSino del gigante asiático, que en el país despiertan reservas sobre su efectividad.
La "luz verde" para los biológicos de CanSino coincidió en medio de una escasez de antígenos antiCovid y cuando todavía no se conocen los resultados de la tercera fase de ensayos realizada en México por la compañía del mismo nombre, aunque aparentemente las autoridades aztecas ya tuvieron acceso a esas conclusiones.
Según especialistas, tanto CoronaVac, elaborado por la firma Sinovac, que se aplica en países como Brasil, como CanSino, parecen tener menor efectividad respecto a otras vacunas como la estadounidense Pfizer y la anglo-sueca AstraZéneca o inclusive la rusa Sputnik-V.
México hasta ahora sólo ha recibido 766.350 antígenos de Pfizer, que redujo a la mitad las remesas que debía de entregar entre el 24 de diciembre pasado y el último día de enero, aunque prometió que traerá la parte restante el próximo día 15.
Hasta ahora, sólo se ha inmunizado al 0,56% de la población total, la mayoría personal de la "principal trinchera" en la lucha contra el Covid-19.
Pero la autoridad sanitaria sostiene que con las vacunas de CanSino y las de AstraZéneca comenzará a inocular a las personas mayores de 60 años.
La llegada el jueves del primer cargamento de 2 millones de vacunas de CanSino, pero sólo la sustancia activa, tendrá que aguardar el envasamiento en una planta en Querétaro.
CanSino acordó suministrar 35 millones de dosis a México, y Hugo López-Gatell, dijo que el domingo llegarán al país miles de dosis de AstraZeneca procedentes de La India y que sí se aplicarán a mayores de 65 años.
Alemania y España prohibieron sin embargo su aplicación a ese segmento poblacional pese a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que son seguras para personas mayores.
La vacuna experimental contra el coronavirus de CanSino Biologics tiene una tasa de eficacia del 65,7 por ciento para prevenir casos sintomáticos, según un análisis de los últimos ensayos.
La OMS ha fijado como parámetro que una vacuna debe ofrecer al menos una tasa de protección del 50% para que se considere eficaz.
CoronaVac tiene una eficacia del 50,4%, según los últimos resultados de ensayos clínicos publicados por investigadores en Brasil, peo es 100% segura para casos graves.
Las estadounidenses Pfizer y Moderna han mostrado una tasa de protección de alrededor del 95%, mientras la 'Sputnik V' de Rusia mostró una eficacia del 91,6% y AstraZeneca obtuvo promedio del 70%.
Es de destacar que la inyección de CanSino, obtenida mediante un patógeno inofensivo que causa el resfriado común, no requiere la segunda inoculación de refuerzo ni ultra refrigeración, lo que la hace ideal para suministrar en personas ubicadas en áreas rurales.
CanSino fue pionera en el inicio de la búsqueda de un antídoto contra el coronavirus, en asociación con una firma canadiense, pero luego el acuerdo quedó estancado por presiones diplomáticas. Los ensayos de la firma fueron finalmente realizados en Pakistán, Rusia, Argentina, México y Chile
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@RoCienfuegos1