En un país como México, donde lapandemia del coronavirus ha estragado a la población con muertes y enfermos, lavacuna para contrarrestar el virus del Covid-19 está convertida en un auténticoprivilegio, algo que paradójicamente rechaza el gobierno de la 4T, una de cuyasproclamas
centrales consiste en poner a los pobres en primer término y porencima de cualquier otro segmento poblacional.
Pero ¡oh paradojas de la siempreterca realidad! Las vacunas, escasas, insuficientes y por las que la elcanciller Marcelo Ebrard ha batallado desde hace más de un año de la irrupcióndel Covid-19, un virus transformado en un voraz depredador en México y elmundo, ahora se encuentra en Moscú en una misión desesperada, urgente y de cuyaeficacia dependen millones de vidas en México.
Lo cierto es que nuestro país, aúnla décimo cuarta economía del mundo, ha resentido de manera grave no sólo elCovid-19, sino los efectos combinados de un precario sistema público de salud,la mediocre inversión por años y aún décadas en éste, la desinversión enciencia y tecnología bajo el manto casi sagrado de la austeridad republicana encurso, el desmantelamiento del Seguro Popular, el nacimiento atribulado delInsabi, la insuficiencia de insumos médicos, la imprevisión y la tardíareacción de nuestro gobierno, y por si fuera poco, la ignorancia y/o desdén deamplios segmentos poblacionales para procurarse protección así mismos, más unaeconomía desacelerada desde 2019 y la imposibilidad de un confinamiento ampliopoblacional en un contexto económico marcado por la predominante informalidadque impera en la actividad productiva y económica nacional. Así, lo que hemosvisto y resentido por el embate del Covid-19 ha sido un coctel letal, que seexpresa en el elevado saldo de muertos y heridos por la pandemia.
El hecho de que México tenga hoy lascifras que registra de muertos y enfermos, no es entonces el resultadoúnicamente del Covid-19, sino las consecuencias de un estado nacional encrisis, que también incluye y se expresa en las llamadas "comorbilidades" quepadecen millones de mexicanos, no sólo por las malas prácticas alimenticias,parte de una subcultura, sino y especialmente, consecuencia de las condicioneseconómicas en las que sobreviven millones de mexicanos.
De allí que un corte de caja sobreel curso de la pandemia en México revela que ésta sigue extendiéndose, así ycuando las autoridades estén enfrentadas a una circunstancia igualmentecompleja y difícil que las obliga a elegir entre el combate a la pandemia y laapertura de la actividad económica, menguante hace meses y con una tendencia alagravamiento por la parálisis en algunos casos o suspensión en otros delquehacer económico, productivo y comercial.
Es cierto que en los últimos días,la vacunación se ha acelerado para cumplir con la fase de inoculación de losadultos mayores de 60 años y más, que muy probablemente culminará esta mismasemana y que abrirá la puerta para el inicio de la etapa de protección a laspersonas con edades comprendidas entre los 50 y 59 años.
Pero los saldos ya alcanzan cifrascatastróficas, muy infelizmente. Un corte al viernes pasado de la Secretaría deSalud revela que el total de casos acumulados es de 2.323.430, con una cifra dedefunciones de 214.514 personas, y un universo de vacunados de 15,874 mil 809personas inmunizadas.
Del total de Estados del país, seisse encuentran en semáforo epidemiológico verde, mientras que en color naranjaestá media decena de entidades, entre ellos la capital del país. Los 20 estadosrestantes están en amarillo.
Ya se verá esta semana qué entidadespueden cambiar al menos en la escala cromática. Pero en tanto, las vacunasseguirán como un factor de privilegio y aún diferenciación entre quienes ya fueroninoculados y quienes tendrán que seguir en la fila del terror por el riesgo decontagios y aún muertes.
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@RoCienfuegos1