La jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, acaba de hacer una apuesta arriesgada ante la disyuntiva que la plantea a ella como gobernante la pandemia del coronavirus entre el reto de preservar la salud orgánica
y aún la vida de sus gobernados y la dificultad para la mayoría de ellos de sobrevivir económicamente en medio de una economía predominantemente informal como la que impera en todo el país y en particular en la capital de éste.
Cuando diversos especialistas alertan sobre la inminencia de una tercera ola de Covid-19 en la zona metropolitana del Valle de México, en realidad una cuenca cerrada y endorreica, Sheinbaum promueve una reapertura sin arriesgar con el propósito de impedir peores daños a la economía, local en este caso.
Sobra decir que la apuesta de la mandataria capitalina implica un alto riesgo sobre todo en materia de salud, pero también es cierto que el horno no está para bollos en el país y en la región capitalina que comanda Sheinbaum, quien parece estar dispuesta a jugarse el todo por el todo en esta circunstancia crítica que le tocó junto con los más de nueve millones de capitalinos.
Vayamos a las cifras oficiales. Según el director de gobierno Digital de la Agencia Digital de Innovación Pública, Eduardo Clark García Dobarganes, conforme el Programa Nacional de Vacunación, al cierre de la semana pasada, el 50 por ciento de las personas que residen en la Ciudad de México, personas mayores de 18 años, tienen la primera dosis contra el Covid-19 y el 27 por ciento, 1,9 millones, cuentan ya con el esquema completo, tanto en el caso de dos dosis como el de una sola vacuna, la de CanSino.
Esto significa que hay 5.2 millones de vacunas aplicadas en la capital del país, según el gobierno de la Ciudad. Pero de ellas, poco más de tres millones sólo tienen un pinchazo, lo que ello implique en términos de seguridad sanitaria o epidemiológica. El propio funcionario admitió además que sólo 14 días después de aplicada la segunda dosis del antígeno, se logra una inmunidad amplia o máxima.
Así que calcule usted los riesgos y el tiempo que aún falta para completar los cuadros de vacunación entre la población capitalina adulta. Una consecuencia obvia es que la solución por la vía de las vacunas aún no está garantizada ni se encuentra a la vuelta de la esquina. Sheinbaum misma ha admitido que el proceso está sujeto a la disponibilidad de vacunas. Por ello insiste, apela a la ciudadanía para que mantenga las medidas sanitarias ya conocidas.
Clark García Dobarganes dijo incluso el viernes último que para el próximo viernes dos de julio, el porcentaje de adultos vacunados llegaría al 52 por ciento con primera dosis y al 32 por ciento con el esquema completo.
Confía en que el ritmo de vacunación se acelere a fin de que resulte posible mitigar el impacto de la COVID en la Ciudad de México.
Pero Sheinbaum enfrenta otras urgencias, en momentos en que ella misma admite hay un incremento ligero de casos Covid-19 en las personas menores de 50 años, aun y cuando insiste en que “no hay una situación de alarma en la ciudad ni mucho menos, pero sí de que todos nos sigamos cuidando; que recordemos, pues que todavía existe la posibilidad de enfermarnos del COVID, particularmente a esta población que aún no ha sido vacunada”.
Parte crítica de las urgencias de Sheinbaum es la reactivación económica de la capital, pero “sin arriesgar”, insiste. Muy complicado impedir el riesgo, en particular entre una población obligada mayoritariamente a ganarse el pan diario en la calle y también predominantemente poco proclive al cuidado y orden, pero además forzada a vivir el día a día en condiciones sanitarias, habitacionales y de servicios, poco adecuadas.
Sheinbaum negó también el viernes que la ciudad enfrente una tercera ola, pero admitió que eso es así “por lo pronto”.
También reconoció un ligero incremento de casos, en particular entre las personas con edades de 30 a 49 años. Esto a diferencia de otros grupos de personas donde se ha dispensado un número más alto de vacunas.
La mandataria confía en que se acelere el programa de vacunación, pero es obvio que se trata de una carrera a contrarreloj cuando se acercan el otoño y el invierno.
Argumenta Sheinbaum y no sin razón, que ya no sería posible regresar a un proceso como el registrado en 2020, de cierre de actividades porque en su opinión “es igual de importante mantener la salud de los habitantes como también la reactivación de la economía” en momentos en que el semáforo epidemiológico se mantiene en amarillo.
Pero el punto, dijo, es cómo se mantiene y se amplía la reactivación económica que genera empleos en la ciudad y, al mismo tiempo, se siguen los cuidados; ese es, hoy, el gran tema en la Ciudad de México y, en general, en el país y en el mundo entero.
Para Sheinbaum, en la circunstancia actual, la prioridad de la ciudad es seguir reactivando, seguir generando empleos y, al mismo tiempo, mantener el cuidado con la vacunación, y mantener todo el Sistema de Salud en alerta por si hay algún incremento en las hospitalizaciones. Ese es entonces el dilema. Sheinbaum ya hizo su apuesta. El tiempo y las circunstancias darán su respuesta.
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@RoCienfuegos1