La decisión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral de posponer el proceso de revocación de mandato presidencial y el consecuente rechazo
del jefe del ejecutivo federal, acuerpado por las y los gobernadores de Morena, entre ellos por supuesto y de manera inmediata y prominente la Jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, suena a tambores de una guerra total, en la que nadie sabe ni puede anticipar siquiera cuál será el resultado final. Si acaso, puede preverse un desenlace, como en todas las guerras, en el que habrá heridos y aún muertos, algo indeseable siempre, a menos, claro, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y aún el Congreso federal del país, hagan algo para impedir este escenario de pronóstico reservado, y pronto.
Al escenario, de suyo complicado en diversos frentes del país, llegó lo que faltaba: una pugna en torno a un tema que el ejecutivo federal juzga un hito en la historia de la democracia del país por constituir el primer ejercicio participativo del electorado nacional, bajo la premisa sustantiva de que es el pueblo quien pone y quien quita.
Está claro sin embargo que de darse esta consulta -algo que todavía no puede descartarse-, el presidente Andrés Manuel López Obrador, lleva las de ganar debido a sus elevados índices de popularidad, que con ligeros altibajos, ha sabido conservar en estos sus tres primeros años de gestión, pese a las mareas, a veces con fuerza de tsunami, que ha enfrentado su gestión, sacudida por fenómenos como la pandemia del coronavirus, el impacto económico demoledor de ésta y los embates del crimen organizado, sólo por citar algunos de los peores torpedos. Y sin embargo, ninguno de estos asuntos y otros que sería prolijo enumerar aquí, lo han tocado de manera sustantiva. Para resumirlo y como gusta de citar el presidente, todo esto y más, le han hecho lo que el viento a Juárez: nada.
A su vez, el INE, blanco de una tras otra zarandeada, también se ha mantenido a salvo de éstas. Organizó en junio de este año que culmina las elecciones de medio término con solvencia y eficacia y aún también llevó a cabo la consulta en agosto sobre el esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas. Esta última con una participación de poco más del 7 por ciento.
En ambos eventos electorales, el INE arrojó un saldo positivo de cara a la ciudadanía del país, que lo sigue considerando en general un organismo sólido.
Ahora, se polemiza en torno a la propuesta del Ejecutivo Federal para que el organismo comicial del país, lleve a cabo el proceso de revocación de mandato presidencial.
Pero el INE argumenta en contra de esta consulta, la falta de recursos suficientes como consecuencia de la decisión del congreso federal de recortar su presupuesto de 2022 en casi cinco mil millones de pesos, contra los 3.830 millones de pesos que costaría el revocatorio.
Obvio, las y los gobernadores de Morena, entre ellos la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, reaccionaron fuerte contra la decisión del INE de aplazar el proceso revocatorio, originalmente previsto para abril próximo.
El propio presidente López Obrador anticipó la medida del INE como tácticas dilatorias y aun chicanadas.
A esto se sumaron los legisladores de Morena en la Cámara Baja, anticipando incluso demandas penales contra los Consejeros del INE que votaron a favor de aplazar el proceso. Así pues, la guerra está declarada. ¿Qué viene? Difícil anticiparlo. El tribunal electoral del poder judicial de la federación y aún el supremo tribunal del país, tendrán la última palabra. ¿Se respetará ésta? ¿O qué viene? ¿Más heridos y muertos en el camino? ¿Pues que ya no hay bastantes en México?
Sólo nos queda llamar a la sensatez, la prudencia, o dicho de otra forma, bajarle tres rayitas antes de que la sangre llegue al río. Dicen los abogados que es mejor un mal arreglo que un buen pleito. ¿Será?
@RoCienfuegos1
Estimadas lectoras (es), culminamos ustedes y quien esto escribe un año complejo, y afortunado al mismo tiempo. Volveremos a encontrarnos en 2022. En tanto, reciban mis mejores parabienes en estas fiestas por la Navidad con el deseo de salud y bienestar para ustedes y sus familias.