Amlo, certero

Pocas veces tan certero como el viernes en Sonora, el presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿De qué hablo? Reaccionó con un

“al carajo” a quienes se han manifestado en contra de la importación de medio millar de médicos cubanos a México.

Dijo: “ahora hay una polémica porque vamos a contratar, sabemos que no nos van a alcanzar, porque estos irresponsables corruptos nos abandonaron sin médicos, no tenemos en México los médicos que necesita nuestro pueblo. Esto tiene a los conservadores muy enojados, pues saben, ¡Qué se vayan al carajo! Porque lo primero es la salud del pueblo”.

Eso dijo nuestro señor presidente. Es seguro que para muchos compatriotas, la expresión presidencial resulte correcta, aun cuando venga de un jefe de Estado conforme establece la Carta magna del país. Seguramente argumentarán que quienes critican la decisión de traer a 500 médicos de la isla son esos corruptos aludidos por López Obrador, muy proclive, según se ha visto a lo largo de su sexenio, a mandar al carajo en los hechos -así no lo haya dicho antes- a todo aquel disidente o crítico de su gestión. Es más, no dudo que aplaudan con especial denuedo la expresión presidencial: Que se vayan al carajo. Eso mero, así habla un presidente como López Obrador, sin ambages ni medias tintas, como hablan millones de mexicanos en público y en privado. Eso y más dirán para defender la tan mexicana y coloquial forma de hablar del presidente,

De otro lado, habrán quienes se hayan ruborizado al escuchar al presidente lanzar ese exhorto a los conservadores, tan enojados con el sexenio, para que se vayan al carajo, de una buena vez y para siempre si fuera posible. Antes de mandar al carajo, el presidente refirió a esos “irresponsables corruptos que nos abandonaron sin médicos”. Claro, una expresión así, del presidente, pues sí que calienta precisamente porque no proviene de un carajo -también así se llama en México a la persona atrevida-, sino del mismísimo presidente de México, ese que encarna a la nación, la patria y el pueblo, conforme determinaron los senadores de Morena en febrero pasado al calor de la reforma electrica impulsada por el presidente y luego rechazada por la oposicion en el Congreso.

No hay mucho más que abundar en torno a la expresión presidencial, no al menos en este breve espacio. Qué se vayan al carajo, sí, presidente, usted tiene razón. Esa es la mejor forma de gobernar. Que se vayan al carajo, los que critican, adversan, se oponen, señalan, argumentan, fundamentalan, razonan, exponen, constatan, pero sobre todo, piensan y lo hacen de una manera diferente a usted y sus millones de seguidores, los únicos que Caben en México. Al carajo, presidente, los que disienten. Esos no merecen ni siquiera pisar el suelo mexicano. Solo usted y los suyos. El resto al carajo al menos hasta el 2024. Luego ya se verá. Usted nos tiene prometido su retiro y confinamiento en su rancho de Palenque. Ya se verá. Por lo pronto, al carajo.

Roberto CienfuegosJ.

@RoCienfuegos1

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