Así y punto. ¿Cómo? ¿Por qué? Simple: “porque soy presidente”. Ese es el argumento clave de Andrés Manuel López Obrador
para hacer y deshacer, avanzar o retroceder, decir y desdecirse. Pero prometiste algo diferente, entonces ¿Por qué razones, motivos, argumentos, información, ahora dices otra cosa? Pues “Porque soy presidente”. ¿No es bastante, acaso? Podría si acaso preguntarse él mismo en su soliloquio más absoluto, uno donde también así mismo se repite, quizá, tal vez, frente a un espejo del Palacio Nacional. “Soy presidente”, es el “argumento” retobado, manido, machacón del hoy Jefe del Ejecutivo federal.
¿Y las instituciones? “Soy presidente”, ratifica. Además, hace tiempo ya las mandó al diablo. ¿No es cierto? Si, es cierto, pero “Soy presidente”, esa es la única verdad.
Prometiste crear una Guardia Nacional de naturaleza civil. Se creó en 2019 y comprometiste tu palabra de que sería civil. Sí, es cierto, admite, pero no sin insistir: “soy presidente”.
Entonces la Guardia Nacional dejaría de depender de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y en su lugar, quedaría bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Ejército pues, con lo que tendría un anclaje castrense, no civil. “Soy presidente”, insiste.
Primero dijiste que los militares deberían regresar a sus cuarteles, más tarde que su papel sería temporal, hasta el 2024, cuando concluya tu mandato. Ahora dices otra cosa. Pretendes que la labor policial de los militares sea de carácter permanente. ¿Por qué? “Soy presidente”.
¿Pero y el Congreso? Se le hace notar a López Obrador.
“Soy presidente”, insiste al asegurar que habrá de buscar la forma ante el bloqueo de los opositores.
¿Y la Constitución? La misma que prometiste cumplir y hacer cumplir junto con las leyes que de ella emanen. “Soy presidente”, vuelve a decir.
Recién el jueves pasado, la ONU advirtió que la militarización de funciones civiles básicas, como la seguridad pública, puede debilitar la democracia de cualquier país. ¿Acaso quieres esto, Andrés Manuel? “Soy presidente”, plantea de nueva cuenta.
Frente a los temores de los grupos de derechos humanos de México y el extranjero de que el notable incremento del poder conferido a los militares en este sexenio abra las puertas a más abusos ante la opacidad que rige la rendición de cuentas de los militares en México, López Obrador vuelve a recordar a México todo: “Soy presidente”.
Cuando se le hace ver que los abusos en los que con frecuencia incurren las fuerzas castrenses persisten, conforme ha documentado la Comisión Nacional de Derechos Humanos que sólo en el caso de la Guardia Nacional suman más de mil quejas y cinco recomendaciones por el uso excesivo de la fuerza, tortura o excesos contra los migrantes, López Obrador dice: “Soy presidente”.
Cierto, el presidente ha conferido un poder creciente a las fuerzas armadas, que ocupan espacios estratégicos de la vida y del quehacer gubernamental civil, entre ellos las aduanas, los puertos y aeropuertos, las obras de infraestructura, el reparto de vacunas, la migración, el turismo y hasta los árboles. ¿Por qué? “Porque soy el presidente”.
Andrés Manuel, pero hay millones de mexicanos, entre ellos muchos de tus simpatizantes que han comenzado a cuestionar tu actuación. ¿Acaso eso no te importa? “Soy presidente”. Pero es que… “Soy presidente”. Y si… “Soy presidente”.
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1