Los pronósticos económicos para América Latina, México incluido claro, resultan sombríos para éste y el año próximo, según el Fondo Monetario Internacional.
En consecuencia, y cuando se aproxima el fin del 2022, es recomendable tomar previsiones, que van desde una autocontención del gasto, la consabida austeridad, el fortalecimiento del ahorro personal y familiar si es posible, las compras y el consumo inteligentes, y además, el rechazo a la contratación de deudas. De igual forma, la incorporación de un cierto stock de alimentos en casa. Esto especialmente cuando se aproxima una temporada de gastos por las inminentes fiestas decembrinas y, en algunos casos, de un ingreso adicional para las familias, al menos de aquellas que forman parte todavía de la economía formal de este país, donde la mayor parte de la economía es hoy informal.
Según el FMI, este año, la economía de Latinoamérica ha mejorado más de lo previsto en 2022 y atraviesa un buen momento.
Pero con todo y esto, dijo el organismo, el crecimiento de la región resulta similar al registrado hace más de una década, algo que estremece por sí solo. Añada que en materia estrictamente económica se descartan buenos vientos para el 2023.
Este panorama como consecuencia de la pandemia de coronavirus, cuyos efectos siguen latentes, y la invasión de Rusia en Ucrania, una barbaridad absolutamente irracional del señor Vladimir Putin. Mas no sólo. Ahora está en curso un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, un agravante adicional a las circunstancias poco propicias en la zona.
Y sin embargo, según el FMI, al cierre de este año se prevé un crecimiento del 3,4%, un 1% mayor al estimado cuando comenzó este 2022.
Pero está claro para el FMI, que la economía mundial perderá ritmo y es prácticamente un hecho que se desacelere el año próximo como consecuencia de un contexto internacional nada favorable, con una contracción en la actividad económica en China y Estados Unidos, la continuidad de la guerra en Ucrania, altas tasas de interés y condiciones financieras más rígidas para acceder al crédito. Todo esto hace que las previsiones del FMI de crecimiento para la región en 2023 caigan al 1,7%, la mitad que este año.
En 2020 la economía latinoamericana se contrajo a un -6,6% de crecimiento, y en el 2021 se recuperó al 7%.
El BM prevé un crecimiento del 3% en América Latina este año, pero sólo del 1,6% en 2023. Para Latinoamérica, el efecto se proyecta en una desaceleración de la actividad, un impacto en el costo del crédito interno, el consumo privado y la inversión, todos estos factores críticos en cualquier economía.
Así que los gobiernos deberían tomar medidas para controlar la inflación, de manera de moderar o amortiguar su impacto especialmente en los sectores de menores ingresos, que es a quienes más impacta, incluso por el monto de los ingresos que destinan al consumo de comida.
El FMI prevé que este año México tenga una inflación de 8,5% y de 4,8% en el 2023. Además, México disminuirá su PBI del 4,8% en 2021 al 2,1% este año y al 1,2% en 2023, un panorama nada halagüeño, pues...
Estos datos deberán tenerse en mente en los últimos meses de este año, si es que quiere sufrir menos al arranque del 2023. Después de todo, lo que usted no haga por sí mismo y su familia, nadie llegará para resolverlo o al menos atenuarlo. Así que es tiempo de encender las luces color ámbar y actuar en consecuencia antes de entrar en rojo intenso. Queda tiempo.
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1