Pies en polvorosa 

Un número creciente de mexicanos está dejando el país y muchos jóvenes, no pocos profesionales entre ellos miran

fuera de México su futuro, así sea de lo que sea. Ya como consecuencia de una necesidad imperiosa de sobrevivencia o porque al cabo de una breve experiencia laboral dentro del país, perciben que ni siquiera con un empleo preservado a lo largo del tiempo, podrán construirse una vida mínimamente aceptable, o si tienen suerte y mucha, aguardar por años antes de constituir un patrimonio personal y profesional. Por ello, prefieren anticiparse y poner pies en polvorosa antes de que el destino los alcance.

En los últimos años, México ha vuelto a ser un país expulsor de personas debido a varios factores críticos, el económico parece destacar como el primero de ellos. Hay otros, claro. La violencia, y el crimen organizado, también son otros resortes que impulsan a miles de mexicanos a salir del país en busca de una vida menos tormentosa, o al menos incierta y bajo asedio constante. No es raro en el entorno inmediato enterarse de que tal o cual persona ya se fue o está lista para emprender la fuga de suelo mexicano. México se está deteriorando, percibe mucha gente. Supongo que pudiéramos descreditarlos por caer en el cartabón de vulgares “aspiracionistas”, o peor aún, de ser desleales a su país. En fin.

Sólo en 2021 aumentó en 400 mil el número de migrantes mexicanos en Estados Unidos. Otros 700 mil fueron contenidos en la frontera norte de México.

El Anuario de Migración y Remesas México 2022, que aporta información estadística e indicadores actualizados, provenientes de fuentes oficiales especializadas, replicables y con rigor metodológico, estimó que en 2022 las remesas de los mexicanos en el extranjero, la mayoría en Estados Unidos, sumarían los 58 mil 500 millones de dólares. La cifra casi fue exacta con la que aportó el Banco de México hace un par de días: 58 mil 497 millones de dólares.

Este año de 2023, las remesas que prevé el Anuario, podrían ascender a los 62 mil 600 millones de dólares, un repunte de siete por ciento respecto del 2022.

Esos ingentes fondos constituyen hoy por hoy el soporte principal y aún vital para millones de familias en México, que, de otra forma, vaya usted a saber qué harían para sobrevivir, y aun así se habla desde la cima del poder de este país, de soberanía aun cuando no haya forma de pagarla porque nuestros políticos en lugar de construir se han dedicado predominantemente a lucrar y destruir al país. Después de todo, y como se ha confesado sin empacho alguno, valerse de los pobres es la mejor estrategia política, una que no falla e incluso garantiza el poder a largo plazo, aun cuando el país se hunda cada sexenio un poco más. Pero eso no importa si garantiza el poder, en lo que constituye un negocio redondo.

Agregue el beneplácito del poder constituido porque México ya está en el segundo lugar mundial en recepción de remesas, en lo que ahora sí ya le ganamos a China, desplazada al tercer sitio. Ahora es La India, México y China. Deberíamos hacer una fiesta en el zócalo para celebrar que cada vez más mexicanos huyen del país bajo el acicate de la falta de oportunidades, el azote de la violencia y de cara a un futuro peligrosamente emponzoñado.

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1

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