Bueno, ya están más que contentos en la 4T tras la declaratoria de culpabilidad del ex-hombre fuerte de Calderón
en materia de seguridad pública, Genaro García Luna. A la cabeza del festín cuatrotero destaca, por supuesto, el presidente López Obrador, quien sin embargo el mismo día del dictamen de los 12 miembros del Jurado del Distrito Este de Nueva York, expresó sus dudas sobre el veredicto al señalar que podría registrarse el llamado “Parto de los Montes” con lo que resultaría el nacimiento de un ratón. No fue así, claro, pero fue evidente que López Obrador dudaba de que García Luna fuera declarado culpable.
No se entendería de otra forma que aun el martes 21 de febrero, el mismo día que se conoció el dictamen en Nueva York, López Obrador dijo en su matutina: “el caso de García Luna está muy interesante, ¿eh?, lo que va a resolver el jurado, porque en una de esas, —toco madera— va a ser cómo El parto de los montes, van a parir un ratón, pueden salir con que no hay nada. (Pero) Nosotros no vamos a dejar este asunto”, prometió, en lo que dejó ver horas antes del fallo neoyorquino que el presidente abrigaba dudas sobre la virtual conclusión del caso, que por supuesto sería altamente favorable a su causa como lo es, ha sido y será. Se trata de un tema que nutre sobradamente la narrativa presidencial sobre la corrupción de los gobiernos anteriores, y en particular del que encabezó Felipe Calderón, visto como su mayor adversario político, por el presunto “robo” de la elección del 2006, algo que no olvida y mucho menos perdona el hoy jefe del Ejecutivo.
Así que ya confirmado, el fallo de Nueva York ya les está redituando frutos políticos más que jugosos, y nada despreciables, cuando se cuentan los días para las elecciones del Estado de México, y de Coahuila, antesala de la sucesión presidencial. Ahora sí que a la 4T el veredicto de culpabilidad de García Luna les cayó como anillo al dedo. Nunca mejor que ahora, así aún haya que esperar al 27 de junio para conocer la sentencia contra el ex hombre clave del calderonato en materia de seguridad.
También resulta absolutamente claro que el asunto García Luna no lo dejarán. Es un manjar, imposible de no degustar y exprimirlo al máximo.
Sin embargo, lo ocurrido en la corte neoyorquina constituyó, y tampoco nadie puede ponerlo en duda ni desdeñarlo, un golpe para toda la clase política mexicana, así una parte, hoy en el poder, trate de deslindarse y más aún obtener el máximo provecho político del mazazo propinado en particular al ex presidente Calderón Hinojosa, el panismo mismo, pero con repercusiones que se prolongarán por mucho tiempo para toda la clase política mexicana, casi totalmente desprestigiada, y peor aún, un fiasco para muchos mexicanos. Eso es lo que la 4T parece obviar porque se proclama impoluta, alba, distinta a los de antes, así en sus filas muchos morenos tengan raíces y ramificaciones priistas, aunque también panistas, imborrables, y se empeñen en estos días por lo menos en disimularlas.
En este sentido, Jacobo Dayán, titular del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, y un reputado especialista en derecho penal internacional, justicia transicional y derechos humanos, señaló que el veredicto de Nueva York constituye una oportunidad para desterrar la creciente injerencia del narcotráfico en la vida política de México.
En una charla la víspera con Radio Unam, Dayán hizo ver con precisión que García Luna no pudo actuar solo en la empresa criminal por la que fue juzgado y declarado culpable, una observación que en medio de la jauría política parece pasar desapercibida, e ignorada. El punto, óptimo para la reflexión, revela al mismo tiempo un hecho que la clase política de México omite al menos hasta el momento, aun cuando considera natural por ahora que los partidos miren hacia muchas partes para obviar el eje central del caso, que revelaría la penetración del crimen organizado y el narcotráfico en la vida política nacional. Esto poco o nada parece importar a la clase política del país en estos momentos en que por un lado se disfruta casi hasta el delirio el fallo contra García Luna y por el otro, se hacen esfuerzos de distanciamiento . Dayán destacó además la importancia nacional de contar con fiscalías plenamente autónomas, y no las que aún operan, una especie de apéndice al servicio del poder, así se niegue esto y se proclame justo lo contrario.
La pequeñez de miras y el interés de sacar raja del caso García Luna, único apetito político de la clase dirigente, que debería hacer sonar las alarmas nacionales como si se tratara de un terremoto en toda la geografía de México, explica los comportamientos no sólo al interior de los más preclaros exponentes de la 4T, al llamar por ejemplo a cancelar el registro del PAN como partido político.
También, La dirigencia nacional del PAN se deslindó de García Luna al señalar que el super policía nunca militó en ese partido.
En un comunicado se exigió justicia y que cualquier servidor o ex servidor público que haya cometido un delito sea juzgado y castigado con todo el peso de la ley, independientemente de que haya trabajado o siga trabajando en cualquier administración.
Dijo además el PAN que en México impera hoy un narco-estado.
Procedió casi en términos idénticos el presidente de la Cámara de Diputados y aspirante presidencial, Santiago Creel Miranda, quien en una rueda de prensa, dijo que durante su gestión como Secretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox, nunca trabajó con el entonces titular de la Agencia Federal de Investigación, García Luna.
“Me preguntan si yo tenía conocimiento de esto, la respuesta es tajante, no, absolutamente no”, dijo Creel Miranda en un evidente intento de sacudirse de los polvos garcíalunescos.
Así que en esta hora de festines y distanciamientos políticos, no se escucha ni evalúa serena y justamente, sin embargo, ni mucho menos con claridad, el mazazo que se dio en Nueva York, con reverberancias más que sonoras en México. Claro, se pierde una oportunidad crítica para limpiar a México de los vínculos entre capillas y grupos políticos con el narcotráfico. Simple y llanamente, en eso no hay interés ni justicia que valga, así muchos peligros mayores nos asechen dentro y fuera del país. Pero eso es lo de menos. Lo importante es la disputa política.
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1