En el tan traído y llevado tema de la “compra” en seis mil millones de dólares a la empresa española Iberdrola de 13
plantas que serán administradas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), es útil añadir algunas precisiones conforme un análisis prospectivo de la firma Intélite.
La compra es un esfuerzo para alcanzar mayor independencia energética al disminuir intereses privados en la producción. Pero es claro que la CFE tiene grados de producción que implican mayores costos unitarios en producción y consumo, considera el análisis de Intélite.
En consecuencia, el aumento de la participación de empresas productivas del Estado (EPE) en el mercado eléctrico mayorista significaría un incremento en las tarifas de CFE, así como alejar aún más la actividad privada en el sector.
Se da como la principal razón para la adquisición de las 13 plantas de Iberdrola el aseguramiento del abasto energético en el país, en busca de que la EPE consolide una participación del 65% del mercado a finales de este sexenio.
Que la CFE sustituya la participación de los productores independientes de energía (PIE) implicaría un incremento en los costos de la EPE, de acuerdo con el IMCO. Si se llega al escenario en el cual CFE sustituya el 50% de la producción de los Gas de Efecto Invernadero, sería una carga financiera para la empresa por alrededor de 141.6 mmdp.
El gobierno federal ha asegurado que esto implicará una disminución de las tarifas eléctricas en México, pero los costos más elevados de producción eléctrica de la CFE presionarían un aumento en los precios de consumo, al menos en el corto y mediano plazo.
Aun cuando existe un alza de las capacidades instaladas de generación de energía en el país de 1.8% en 2020 y 1.2% en 2021, estas están por debajo de lo estimado: 2.9% y 2.8% respectivamente.
En términos energéticos, la capacidad de generación de electricidad del país queda
igual, ya que no se está aumentando ningún megavatio de capacidad instalada adicional.
Desde el punto de vista político, aunque la CFE no pasa a ser dueño de las 13 plantas, es un hecho que la acción del gobierno es parte de la estrategia de soberanía energética (que un país pueda hacerse cargo de sus necesidades energéticas sin incurrir a terceros, le da mayor autonomía).
En ese sentido, el Gobierno Federal, a través del Fonadin, va a endeudarse en un elemento que no es prioridad en este momento.
La capacidad instalada se ha incrementado menos de lo previsto. Si el Fonadin ya estaba dispuesto a endeudarse pudo haber sido en generar nueva capacidad de generación o en inversiones de transmisión y distribución que requiere el sector, según expertos referidos por Intélite.
Pese a que adquisición de la CFE no incrementa su participación real en el mercado, sí desincentiva la actividad de PIE en el mediano plazo, derivando en incremento de costos de consumo eléctrico debido a la ineficiencia en producción pública.
Entre los impactos estimados por Intélite, figuran:
La política en contra de energías renovables impide que la CFE incremente su producción eléctrica por estos medios, generando mayores costos en la producción eléctrica. La CFE produce energía renovable 2.5 veces más barata que medios más contaminantes.
Un segundo impacto: el aumento de costos de electricidad para las empresas provocará que los bienes y servicios suban de precio, generando mayor inflación, pese a que a finales de 2022, la inflación energética cerró en 2.9%, la más baja vista en los países integrantes de la OCDE.
Impacto tres: Un incremento en las tarifas de consumo eléctrico implicará mayores costos productivos para actores económicos que se encuentran en condición de auto abasto, pues en los próximos 5 años, alrededor del 80% de contratos de auto abasto dejará de tener vigencia, obligando a las empresas a migrar al mercado eléctrico mayorista.
Impacto 4: Surgen críticas sobre el mal uso de recursos públicos, pues pese a que adquisición de negocio de Iberdrola representa solo el 0.8% de deuda del país, no se identifican razones de peso para consolidar la adquisición.
La energía renovable de CFE es solo 20% más costosa que la producida por sector privado.
La CFE mantiene incrementos de la capacidad productiva por encima del sector privado en lo que resta del actual sexenio. Con el ritmo actual de incremento, la CFE alcanzará la capacidad de 63 mil MWh para 2024.
Impacto 5: la baja de tarifas eléctricas facilita que el consumo bruto de electricidad incremente a tasas superiores de lo estimado por SENER a nivel nacional, superando los 470 terawatts/hora. Entre 2018 y 2030, el consumo pasará de 320 a 460 TWh, de acuerdo con estimaciones actuales.
Impacto 6: la mejora de tarifas es celebrada por el gobierno federal, dando mayor poder de negociación al Sindicato de la CFE, que buscará mayores beneficios laborales aprovechando la suma de miembros por los empleados de las 13 plantas y el contexto electoral. En su última negociación consiguió un alza del 3.5% y 1.8% en prestaciones en abril de 2022.
De acuerdo con la SENER, se espera que hasta 2030 exista un incremento en la demanda máxima de energía eléctrica en el país (Sistema Eléctrico Nacional) del 12.7 mil MWh, siendo un incremento del 24% comparado con 2023. Además, se espera que en 2030 la diferencia de demanda existente entre el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y el Sistema Interconectado Nacional (SIN) incremente en 1.8 mil MWh, lo que significa que el consumo eléctrico de las zonas del centro y sur y noreste de México mostrarían mayor incremento que lo observado en el noroeste del país.
Entre 2013 y 2021, la capacidad instalada de generación de energía en México incrementó en 14.5%, equivalente a 9.6 mil megawatts. De este incremento, 6.6 mil megawatts provinieron de capacidades de la CFE, mientras que los restantes 3 mil lo hicieron desde los PIE. En lo que va del actual sexenio, los incrementos de capacidad instalada de CFE han aumentado 1.0 pp, pasando del 4.3% entre 2013 y 2018, a 5.3% entre 2019 y 2021.
De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía, en 2020, la CFE presentó un costo unitario promedio de generación eléctrica 3.9 veces superior a lo visto dentro del sector privado. Es decir que mientras los privados generan una unidad de MWh por 384 pesos, la CFE lo hizo por 1,515. Además, se identifica que mientras los productores privados han logrado formar un esquema de costos unitarios similar entre todas las fuentes de
energía, la CFE tiene costos muy variados, siendo la eólica y solar las más baratas de producir. Esto es relevante, debido a la apuesta limitada que el GF tiene por estas energías.
Dado los recursos disponibles con los que cuenta Fonadin, unos 56 mil millones de pesos con cifras a diciembre del 2022, parece improbable que aporte el capital total de 6 mil mdd para la compra. Por lo anterior, una parte tendrá que financiarse con capital de MIP, con deuda o con otro tipo de capital del Gobierno de México.
Tomando los dos programas y proyectos prioritarios del Gobierno Federal con más
presupuesto en 2023, la operación equivale a más del 30% de las pensiones a adultos mayores y más del 75% del presupuesto del Tren Maya. Tomando todo el presupuesto a generación eléctrica, la operación es igual a casi el 20%.
En cuatro años, la deuda pública ha tenido un alza del 29.9%, es decir, se ha incrementado en 3.2 billones de pesos o en 3.4 puntos del PIB. Aunque la operación de compra de activos de Iberdrola sea a través del MIP, será el FONADIN quien garantice la posible deuda que se incurra, por lo que su deuda es parte de los Saldos Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público. No obstante, el monto de 6 mil mdd (unos 109 mil mdp, al tipo de cambio FIX del 5 de abril) representa apenas el 0.78% de la deuda total del país.
Cosa de ver, entonces, pero sólo cuando la CFE empiece a operar las 13 plantas, se podrá concluir si el gobierno federal será uno de los ganadores de la operación.
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1