El senador y aspirante presidencial por Morena, Ricardo Monreal, dio a conocer ayer jueves la pronta liquidación de dos
entes públicos, uno es la Financiera Rural y “otro organismo de medios de comunicación”, que se asume es Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano. Añadió Monreal que la ley establece los mecanismos para liquidar estos órganos, otros dos que se sumarán a la amplia lista de extinción de organismos públicos en México durante el gobierno de la Cuarta Transformación.
Datos de abril del 2022 revelan que entre el inicio de este gobierno y hasta esa fecha se extinguieron al menos 43 organismos gubernamentales, 14 subsecretarias y una media docena de organismos desconcentrados. Esto como parte de la política de austeridad republicana y a partir de la visión del presidente López Obrador sobre la administración pública federal. El recuento de extinciones debe ser aún más amplio, pero al menos este apunte ofrece un panorama aproximado sobre la suerte de un alto número de entes públicos que pasaron a la historia.
Según el anuncio de Monreal, viene el turno de Notimex y de la Financiera Rural. Ambas serán liquidadas conforme -aseguró- la ley. Se esperan, claro, la confirmación oficial de este anuncio y, más tarde, los detalles del proceso, seguramente prolongado, para ejecutar la liquidación de ambos organismos, y sus trabajadores.
En caso de confirmarse como se prevé la decisión de liquidar Notimex, veremos el desenlace de una confrontación entre la Dirección de Notimex y el Sindicato Único de Trabajadores de Notimex, el SUTNOTIMEX, surgida a poco tiempo de la llegada de la actual titular, y del relevo sindical, también a cargo de una mujer, que derivó en una huelga que suma más de tres años y que ya pasó a la historia como la más prolongada, la final o última, en la Agencia desde que ésta se fundó en 1968.
Queda claro que en esta confrontación o litigio laboral sobraron los desacuerdos y la incapacidad de las partes para dialogar y concretar una solución al conflicto. Esto aun cuando el presidente hizo un buen número de llamados para conciliar y el vocero, Jesús Ramírez, recién en diciembre del 2022, negaron que se buscara el cierre de Notimex.
De hecho, López Obrador dijo que esperaba que este año -2023- el conflicto de Notimex fuera resuelto. Dijo entonces que, en año nuevo, vida nueva y que a lo mejor entrando el 2023, podía resolverse mediante el diálogo. “Es lo que vamos a procurar”, expuso en una matutina de cierre de año.
En idéntico sentido, el vocero Ramírez dijo que ellos estaban abiertos y promoviendo la conciliación entre las partes. Descartó, al igual que el presidente, claro, que el gobierno mexicano estuviera pensando en el cierre de Notimex. Por el contrario, apuntó el vocero, lo que se pensaba apenas en diciembre pasado era en la manera de resolver de manera dialogada y conciliada este conflicto laboral, y llamó a las partes para que pudieran acercar y flexibilizar sus posturas, de tal manera que se alcanzara una solución. No la hubo.
Durante este prolongadísimo conflicto, cuyo desenlace fue anunciado ayer jueves por el senador Monreal, pasó prácticamente de todo. Inició en febrero del 2020 en protesta por las violaciones al Contrato Colectivo del Trabajo, suscrito por la empresa, pero desconocido por la actual administración. Se registraron vejámenes de todo tipo, violaciones graves a los derechos humanos, despidos injustificados, demandas laborales que mantienen su curso, amagos y desalojos físicos, una guerra mediática sin tregua, acusaciones de corrupción sindical no probadas hasta ahora, violaciones a la ley federal del trabajo y otras, cuentas poco claras, y lo peor, el sufrimiento de decenas de trabajadores y sus familias, y hasta la muerte de al menos dos de los empleados.
La liquidación de Notimex marcará, en caso de concretarse, el final de un medio público de comunicación creado por el Estado mexicano hace 55 años, durante los cuales esta Agencia operó como un escaparate de México en el mundo, con altibajos y claroscuros como toda obra humana.
El proyecto que ofreció la 4T a Notimex y al país, en consecuencia, consistió en transformarla en la mejor agencia de habla hispana. No fue así. Todo se redujo a una promesa, que derivó -parafraseando en cierta forma y grado al Gran Gabo- en la crónica de una muerte anunciada.
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1