AMLO descarrila las corcholatas de Graue

Podrán guardar silencio y fingir demencia en la Torre de Rectoría, pero la realidad indica que los ataques

presidenciales al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, motivados por el origen académico de sus últimos directores: el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), no son sólo otra pulla contra la universidad, se trata de un ajuste de cuentas con Enrique Graue, a través de anular a una, o a varias, de las candidaturas forjadas por el rector para sucederlo.

Mónica González Contró no es solo hija de un ex panista ortodoxo, Jesús González Schmall, que un día cambió de convicciones para trabajar en el gobierno perredista de Cuauhtémoc Cárdenas en el entonces Distrito Federal. La doctora por una universidad española de segunda línea y licenciada en Derecho por el ITAM es uno de los perfiles mejor cuidados y más minuciosamente construidos por Graue, para orientar su propia sucesión en la UNAM.

Cuando el problema de las protestas feministas se le salió de control al rector porque sus encapuchadas paralizaron más de 20 escuelas y facultades, Graue decidió quitar del reflector, y del riesgo de un fracaso público, a quien entonces era su abogada general y la responsable de los programas contra la violencia de género en la UNAM. Aunque varios consideraron el relevo como un fracaso de González Contró porque no solucionó, sino exacerbó el ambiente universitario en materia de violencia de género, lo cierto es que Graue la retiró del cargo para protegerla y evitarle que el peso de la crisis feminista en la UNAM la consumiera.

Tan cuidaba Graue a González Contró, que cuando llegó el momento, el propio rector la integró a la terna para elegir nuevo director del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Con menos trayectoria en la UNAM que Cesar Astudillo y Edgar Corzo, Mónica resultó designada para suceder a otro itamita: Pedro Salazar Ugarte, gracias a los buenos oficios del rector ante la Junta de Gobierno.

El proyecto de Graue para Mónica González Contró era convertirla, desde Jurídicas, en la elegida para unificar a la numerosa comunidad académica de abogados universitarios en torno a su candidatura a rectora. Una vez ungida como la candidata de los abogados, competiría con el médico Germán Fajardo Dolci y al menos con otra mujer: Guadalupe Valencia, la Coordinadora de Humanidades de la UNAM. El escenario de Graue parece la construcción artificial de un escenario diseñado para allanar el camino de una mujer hacia la Rectoría de la UNAM, solo por motivos de cuota de género.

Así debían transcurrir las cosas en el plan maestro de Graue. Pero en la preparación del escenario oficialista, el de su propia sucesión, el rector olvidó un pequeño detalle: considerar la variable indeterminable que hoy constituye el presidente López Obrador, especialmente interesado en meterle la mano a la UNAM.

Las bravatas presidenciales sobre el origen itamita de los directores del Instituto de Investigaciones Jurídicas, prácticamente han dinamitado ya la candidatura que Mónica González Contró, empezaba a construir para competir por la Rectoría.

Por sensatez y sentido de responsabilidad, hoy es prácticamente imposible que algún integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM impulse, o vea con buenos ojos, una candidatura estigmatizada desde el Palacio Nacional por el propio presidente, alegando que no tiene suficiente sangre puma. En el escenario actual, impulsar a Mónica González Contró solo garantizaría crear un conflicto, también artificial, entre la UNAM y la 4T; justo cuando la universidad necesita estabilidad y academia, para navegar las turbulentas aguas de la política de finales de sexenio.

El problema para Graue, que no para la UNAM, es que la descarga presidencial que dinamitó la precandidatura de González Contró también eliminó, sin mencionarlos, a  otros dos de sus principales candidatos: German Fajardo de la Facultad de Medicina, quien estudió la licenciatura en la Universidad La Salle, mientras que Guadalupe Valencia, la directora de Humanidades, egresó de la licenciatura de la Universidad Iberoamericana.

Así, una serie de bravuconadas presidenciales, ya influyeron en el plan que Graue tenía para la sucesión en la UNAM.

Eduardo Ramos Fusther
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.  
@RamosFusther
Licenciado en Derecho (TEC), Licenciado en Seguros y Fianzas y Administración de Riesgos (Universidad Marista). Maestrante en Pedagogía (Universidad YMCA). miembro del Consejo Nacional de Honor de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT). Titular de "El Punto Crítico Radio". Editor del periódico El Punto Crítico. Con 50 años ejerciendo el periodismo