La Cruzada Nacional Contra el Hambre y sus resultados

CONGRESO MEXICANO

La meta nacional del programa son 7.4 millones de personas en condiciones de pobreza alimentaria, así lo dejó ver desde un inicio el Presidente de la República cuando se comenzó por reconocer el grave nivel de pobreza en nuestro país, además de aceptar que los programas sociales existentes hasta ese momento, sólo habían servido para contener a la pobreza pero no para solucionarla.  

La Cruzada Nacional Contra el Hambre ha sido uno de los programas más grandes de la actual administración federal, pero también de los más necesarios para la atención de un problema público. Dicha política no sólo está destinada a terminar con el hambre de quienes la padecen sino que implica la inclusión en proyectos productivos, es decir, hacerlos parte de la economía real.

El pasado lunes presenciamos un paso más de la Cruzada, de sus logros palpables, cuando el Presidente de la República encabezó en San Andrés Tuxtla, Veracruz la entrega de apoyos de diversos programas sociales y en especial de la Cruzada Nacional Contra el Hambre. En Veracruz, 27 mil 933 nuevas familias cuentan con Tarjeta SinHambre, hay 197 mil 640 nuevos beneficiarios de leche Liconsa, se abrieron 120 nuevas tiendas Diconsa, se instalaron 10 mil 620 Comités Comunitarios, se instalaron 353 Comedores Comunitarios, se realizaron 514 mil 829 afiliaciones al programa Pensión para Adultos Mayores y se abrieron 76 casas y comedores del niño indígena.

Y son cifras alentadores debido al tamaño del problema en México, ya que hasta 2012 los resultados arrojaban que 28 millones de personas padecían hambre, es decir, una de cada cuatro personas en nuestro país no tenía lo suficiente para comer, además de la alarmante cantidad de 11.7 millones de personas en pobreza extrema, de las cuales al realizar la intersección de ambas cifras arrojaron a 7.4 millones de personas en condiciones de pobreza extrema y con hambre; mismos que está atendiendo la Cruzada y de las cuales, al menos hoy 3 millones de personas ya no padecen pobreza alimentaria. Los resultados no son menores, los esfuerzos han sido del tamaño del problema, porque éste es un programa diferente en cuanto a su diseño y evaluación, no se busca sólo quitarle el hambre de manera temporal a las personas, sino acompañar cada esfuerzo con la inclusión a proyectos productivos que permitan involucrarlos en la economía, porque si algo se ha reconocido durante esta administración es que el problema existe y que es grande, además de modificar la manera de medir la pobreza a fin de acercarse más a sus causas, porque la preocupación inicial es y ha sido atender aquella cualidad que determina más que ninguna otra el empobrecimiento: el hambre.

*Economista y Doctor en Finanzas

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