Alianzas

SINGLADURA

Es un hecho. El derechista Partido Acción Nacional (PAN), comandado por Ricardo Anaya y el izquierdista –dicen- Partido de la Revolución Democrática (PRD), que encabeza el ex priista Agustín Basave, irán juntos para competir por las gubernaturas de Durango y de

Zacatecas en 2016.

El agua y el aceite en busca del poder a cualquier precio. Abajo los principios, los ideales, los propósitos, el electorado, las plataformas. Todo eso en conjunto y aún más es pecata minuta. El objetivo es alcanzar al poder gubernamental porque “vivir fuera del presupuesto es un error”.

Basave, el intelectual, el periodista, el diplomático, apenas en  noviembre último, admitió que el partido que encabeza no es competitivo en la mayoría de los 12 estados en los que habrá elecciones para igual número de gubernaturas.

Tenemos que analizar otras opciones para ser competitivos, porque la verdad, en la mayoría de los estados que van a estar en juego el año que entra, no somos competitivos”, aceptó Basave.

Aceptó de igual forma que tampoco se podría construir una alianza de las izquierdas. “Todo indica, no se va a poder”, dijo también el mes pasado.

Pero se manifestó a favor de las alianzas de gobierno y no sólo electorales como la que apenas en la víspera ya suscribió  con su colega del PAN, Ricardo Anaya, para competir por los gobiernos de Durango y Zacatecas, éste último un estado donde seguramente los Monreal insistirán y donde muy probablemente enfrentarán a Adolfo Bonilla Gómez, hoy titular de Economía del Estado y quien casi seguramente será postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la gubernatura zacatecana. Bonilla Gómez reúne cartas credenciales bastantes –académicas, profesionales, políticas y humanas- para hacerse de la candidatura.

Basave dijo en noviembre que “vamos a levantar al partido y llevarlo a su renacimiento”. La manera parece errada. Ya suscribió una alianza con el PAN, la antítesis del PRD al menos en el papel. Pero el poder es un cemento garantizado.

Si no, que lo diga el panista Anaya, quien apenas alcanzó la presidencia del blanquiazul propinó una patada a su mentor y protector, Gustavo A. Madero.

Anaya recién en julio último cuando trotaba en campaña para registrarse como candidato a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional panista, hizo ver el peligro para su partido de dejar de ser útil para el país. ¡Ufff! Dos presidencias nacionales sirvieron para poco a México, y una menos que la otra porque al fracaso añadió el sangriento saldo nacional.

Anaya dijo en julio que sin una auténtica regeneración, Acción Nacional dejaría de ser útil al país. En consecuencia, apuntó, “tenemos que recuperar la confianza de los ciudadanos en el PAN, con un partido reconciliado e incluyente. Necesitamos unidad, sin impunidad”.

Eso dijo. “Volvamos a ser una oposición fuerte y valiente frente al autoritarismo y el populismo”, dijo en alusión directa al priismo y al perredismo, el mismo en este último caso con el que convino una alianza para alcanzar los gobiernos de Durango y/o Zacatecas. Y ya lo ve. Hoy decidió ir del brazo del populismo. En fin. Nos escribimos en enero. Disfrute. (fin)

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