Llaman a un corte de caja político-electoral las declaraciones del presidente Enrique Peña durante una entrevista hecha por la reportera Rosa Elvira Vargas del diario La Jornada.
Dice por ejemplo que “no he logrado entender” en qué momento el gobierno federal pasó a ser señalado “implicado, culpable” de los hechos de Ayotzinapa, que dicho sea de paso aún siguen sin esclarecer pese –según el mismo Peña- a una investigación que compara y aún considera de mayor envergadura que la realizada para “esclarecer” el virtual magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
Si el señor presidente de este país sigue sin entender por qué se acusa a su gobierno del caso de Ayotzinapa, imagínese afable lector (a) lo que podemos esperar los peatones simples y mortales de este país. La respuesta de Peña trasunta algo igual de grave que su confesa incomprensión sobre el momento en que su gestión quedó bajo sospecha, o peor aún, inculpada de los hechos que costaron la desaparición de 43 muchachos estudiantes. Peña indica que le preocupa muchísimo más que gente malosa haya incriminado a su gobierno. Imagine usted el punto al que aludo.
Tampoco explica Peña –al parecer porque tampoco lo entiende- el rechazo docente a la reforma educativa. Atina a decir que cree que “hay un grupo que está defendiendo privilegios”. Es todo.
“No sé a qué atribuirlo”, admite cuando se le inquiere sobre el rechazo a la reforma docente. Aunque corrige de inmediato para argumentar que “la oposición es en razón de los privilegios que han tenido”. ¿Es todo? Vaya liderazgo de ese grupo, supongo, que ha podido movilizar a miles de maestros y aún padres de familia en estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas.
Más todavía. Peña niega que su iniciativa de reforma constitucional para impulsar el derecho de las personas de igual sexo a contraer matrimonio se relacione con algún cálculo político o electoral. “Tampoco –agrega- de si era oportuno hacerlo”.
Pero concede que “vi el contexto adecuado a partir de mi convicción de lograr una auténtica inclusión. En el ejercicio de la responsabilidad vas logrando una sensibilización a las necesidades y temas que están en el quehacer diario. Este es uno de ellos”, expuso. ¿Entonces si evaluó “el contexto adecuado?”.
Sobre el drama petrolero del país en un contexto de apertura a la inversión extranjera, Peña deslizó una leve crítica a sus antecesores priistas, los ex presidentes Luis Echeverría Alvarez y el finado José López Portillo, cuyas historias son conocidas como los impulsores de la nueva abundancia petrolera, al decir que endeudaron al país. El en cambio enajena la riqueza petrolera y pone en jaque la existencia misma de Pemex. Esto no lo entiendo yo, apunto, para parafrasear al presidente.
Dice de igual forma que las elecciones del mes próximo no serán un anticipo del 18. En esto coincido con el presidente. No serán las presidenciales claro, ah, pero las influirán sin duda en un alto grado. ¿O tampoco lo entiende así, señor presidente?
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