Hola a todos mis amigos, compañeros de profesión, cómplices de labores, hermanos sufridos por la dura jornada de informar y a todos aquellos que de una o de otra manera son parte de todo esto,
gracias, de verdad, por encontrarse conmigo en el camino.
El día de hoy, se levantó la tapa del ataúd de mis recuerdos y con cierta nostalgia comencé a recordar a mis viejos y queridos amigos, compañeros de mi adolescencia y en especial a uno, José E, con quien compartí buenos y malos momentos.
Mi querido Pepe, como le decíamos, por algunas cuestiones tuvo que partir a los Estados Unidos hace ya varios lustros, si bien es cierto que nos despedimos frente a una taza de humeante café, también es cierto que de pronto le perdí la huella y ya no supe más de él.
Más como siempre he sido muy aferrado, aprovechando la tecnología, comencé a buscarlo en las redes sociales, una búsqueda que se llevó casi tres años hasta que, por fin, el año pasado lo localicé y nos pusimos en contacto, nos saludamos como si apenas el día anterior nos hubiéramos visto.
Platicamos e intercambiamos algunas experiencias y con agrado me enteré de que a él también le dio por el periodismo y lo ejerció en un estado de la unión americana.
Después de varias charlas, por whatsapp, llegó el tema que generalmente evito con mis amigos, la política y al darle mi opinión sincera y clara, sobre nuestro actual dictador, él se molestó en serio y cortó las comunicaciones, ahora simplemente nos saludamos de vez en vez y hasta ahí.
Y entonces me di cuenta de algo, de que los amigos, como los amores, nunca son iguales después de una separación, tal vez alguno de los dos cambió o tal vez, cuando se vivía la euforia de la amistad, o del amor, no nos dábamos cuenta de cómo era la persona a la que le habíamos entregado nuestro amor o nuestra amistad y con la separación no cambió, simplemente se mostró tal y como siempre fue, aunque nosotros no lo viéramos así.
Y fue en ese momento en que dejé de buscar a mis viejos amigos, fue en ese momento en que decidí preservar en mi memoria y en mi corazón la imagen que guardo de ellos, los prefiero así, como eran cuando compartimos historias y aventuras, a encontrarlos completamente diferentes.
Por eso decidí escribir esto hoy, para mis amigos actuales, para los que están presentes en mi día a día, para los que mantienen una imagen que nos hace ser amigos…
¿Cuándo fue que empezamos a ser amigos...? No lo sé... de verdad no lo recuerdo con claridad, y me parece gracioso que con mi pareja quiera siempre llevar la cuenta del tiempo.
Recordar el día y el momento exacto en que nos conocimos, el instante y el lugar en que comenzamos nuestra relación, el primer beso, la primera cita como novios…
En fin, que con mi pareja celebro aniversarios ¿y con los amigos? Es algo que sobra, no importa el momento exacto, la hora, el día en que nos conocimos, solo importa que a través de esos años, meses y días vamos construyendo momentos inolvidables...
Con el presente construimos las anécdotas del ayer, recordamos tal o cual fecha por sucesos importantes que pasamos juntos, pero no tenemos la presión de recordar que en un día exacto fue que empezamos a ser amigos...
Es mas, tal vez al principio le caía o me caía mal, incluso tal vez hubo un poco de rechazo al conocernos, o no pensamos que algún día podríamos llevarnos bien como amigos, que podíamos compartir algo más que el saludo obligado cuando nos encontramos en los eventos o en las reuniones, o en alguna conferencia, o donde sea.
Estuve pensando en todo esto, y bueno, no importa si los conozco de hace diez, veinte, cinco años o unos cuantos meses... lo >importante es que en algún momento dio la magia de la amistad, que a través de ese mismo tiempo se ha ido construyendo la confianza, el respeto, la tolerancia, el cariño... ¡Cuantos años cuesta el construirlos y que pronto se pueden perder…! No te comparto esto por ser una fecha especial, pues como ya dije, eso sale sobrando, te lo comparto sólo porque ayer, mañana, pero sobre todo hoy, te considero mi amigo, mi amiga que quiero muchísimo y con quien me encanta convivir...
Hoy te envío un enorme abrazo y mi agradecimiento por ser mi amigo, mi amiga, mi compañero de profesión, mi cómplice de jornada, mi parce de labores.
Que la vida te sonría siempre y recuerda que cada vez que sonríes se borra una tristeza y se ilumina una esperanza y tal vez hasta se gane una nueva amistad.
Muchas personas entrarán y saldrán de tu vida a lo largo de los años; pero sólo los verdaderos amigos, las verdaderas amigas, dejarán huellas en tu corazón.
Para manejarte a ti mismo, a ti misma, usa la cabeza; para manejarte con los demás... usa tu corazón... El enojo es solo una carta de peligro. Si alguien te traiciona una vez, es su problema; si te traiciona dos veces, es tu problema.
El que pierde dinero, pierde mucho; el que pierde a un amigo, una amiga, pierde mucho más; el que pierde la fe, pierde todo. Las personas jóvenes, bonitas son accidentes de la naturaleza, pero las personas viejas bonitas son obras de arte.
Aprende de los errores de otros. Tal vez no vivirás lo suficiente para aprender todo de ti mismo o de ti misma... No hay ni principio ni fin... El ayer es historia, el mañana es; misterio; El hoy es un regalo, que llamamos presente y tú, amigo, amiga… estás en mi presente.