La CDMX el Coliseo.
“Somos una Fuerza, no una intención.
Somos voz y no eco.
Somos historia, no un estado de ánimo.
Somos una institución con presente y futuro,
no un movimiento del pasado.
Y hemos decidido ir hacia ¡ADELANTE! ”.
Rutilio García Ortíz.
Desde el seis de junio las consecuencias políticas de la derrota electoral de la Ciudad de México no han cesado. Los políticos del movimiento y el gobierno del movimiento están heridos, frustrados, furibundos.
En sus análisis políticos hay una constante: la presencia de una corriente conservadora que desde los tiempos de Agustín de Iturbide se ha venido fraguando para quitarle el poder a un grupo formado desde la celda número 7 de la antigua fortaleza de Landsberg en la localidad de Landsberg am Lech donde estuvo preso Adolfo Hitler.
Estamos ante una lucha política sin precedentes en la vida de esta Ciudad; ni siquiera en la decena trágica, los habitantes de esta entidad estado en medio de una lucha política de largo plazo, cuyos efectos aún no tenemos claros.
¡Conservadores! gritan los fascistas. ¡Fascistas¡ devuelven los conservadores. Y desde esas definiciones o descalificaciones conceptuales se deja venir una catarsis de adjetivos, insultos, reclamos y todo lo demás. Todos gritan. Todos están enojados, tanto los ganadores como los perdedores. Actúan como si ganar no hubiera sido lo suficiente,y perder, hubiera sido todo.
La pregunta es ¿Dónde están los demócratas? ¿A dónde se fueron los académicos? ¿qué están haciendo, diciendo los intelectuales? ¿qué esperan los personajes de la política que hace veinte años diseñaron políticas para este siglo?
Las acciones y las reacciones de ambos bandos dejan mucho que desear, sus decisiones omiten el marco constitucional y el diseñó Institucional para gobernar juntos a la Ciudad de México y darle a sus habitantes elementos innovadores para resolver los graves problemas que cotidianamente vivimos.
La Unión de Alcaldías de la Ciudad de México es una respuesta política de fuerza, no de ideas, de mostrar los dientes antes de presentar iniciativas. La UNACDMX nace con un paso de ignorancia: La Constitución Política de la CDMX establece un Órgano Institucional para juntarse, pelearse, si es el caso, ponerse de acuerdo, negociar, edificar consensos y trabajar unidos. Ese Órgano Constitucional es el Cabildo de la CDMX integrado por los dieciséis alcaldes y la jefa de gobierno. Pero ambas partes la ignorar por que ambos bandos no quieren la legalidad ni la legitimidad, sino la fuerza de la imposición.
Pero la respuesta de los Gobiernos Federal y Local fue terriblemente peor, brutal, excedido. Lo que proponen es llevar a la práctica lo que López Obrador prometió: mandar al carajo a las instituciones. El inquilino del National Palace propone la creación de 'gobiernos espejo’ (sic) para que a través de ellos los recursos y apoyos económicos de los programas sociales, le lleguen a la gente. Es decir, el futuro Secretario de Gobierno de la ciudad capital, tiene la encomienda de designar a dieciséis operadores de los programas sociales para que los alcaldes no tengan acceso ni uso de esos recursos.
La guerra política viene en serio y con fuerza.
Lineas antes, hacia unas preguntas sobre los demócratas, académicos, intelectuales y otros segmentos políticos, en dónde están.
Sin duda deben de salir a detener estás intenciones poco inteligentes y nada políticas, que sólo ponen de manifiesto que los que ganaron tienen tintes de facciosos y los que perdieron conductas de rencor.
En la Sociedad Civil está la respuesta, es en la misma población que levantó escombros en 1985 y 2017, son las mismas manos que reconstruyeron nuestras calles, edificios, avenidas y, principalmente nuestra convivencia.
La ciudadanía debe inmiscuirse en el diseño de una agenda legislativa que nada tenga que ver con los intereses de los partidistas; la sociedad debe luchar por un presupuesto que atienda necesidades reales, obras públicas de beneficios colectivos y de largo plazo, no podemos permitir un presupuesto que en nombre de una hipócrita austeridad solo sirva para programas clientelares y electoreros. Tenemos que asumir una mayor influencia social sobre las acciones de seguridad, salud de calidad, educación de excelencia, movilidad, empleos y reactivación económica
Mucho cuidado con jugar a los gladiadores del Coliseo Romano, no vaya a ser que los Ciudadanos dirijan su dedo pulgar hacía abajo y en el 2024, elijan a mujeres y hombres más concentrados en las causas de la ciudad que en pleitos banales.