De la tolerancia a la impunidad

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Desde el año 2012 -y en especial durante los últimos meses- a Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero (CETEG) ha incrementado su belicosidad y violencia. Desde muchos años antes, declinaron su derecho al diálogo y a la negociación, al tiempo que radicalizaron sus acciones de protesta en contra del gobierno, a través de una

infinidad de ilícitos que, hasta el día de hoy, han quedado impunes y que no hay visos de que sus actos sean juzgados.

La tolerancia que las autoridades, tanto estatales como federales, han tenido para con este grupo, y con muchos otros que delinquen bajo el manto de ser expresiones políticas, ha generado grandes visos de impunidad. En el caso de la CETEG, la tolerancia se ha incrementado derivado de los terribles hechos de Ayotzinapa, en los que normalistas fueron brutalmente asesinados. Con este pretexto, han incendiado, destrozado monumentos y recintos históricos, al tiempo que inmisericordes han lesionado a elementos de la policía e, incluso, tienen pendiente responder a la sociedad por la muerte de un civil ajeno y a quien la opinión pública ha olvidado: Gonzalo Rivas Cámara, quien dio su vida para evitar una explosión que pudo haber cegado de la vida a decenas de personas.

La tolerancia injustificada a las acciones delictivas de la CETEG, aparejada a la irresponsabilidad de las autoridades locales y federales, han hecho del estado de Guerrero rehén de pretensiones y caprichos políticos de un grupo de mal vivientes obtusos y mezquinos que se escudan en el dolor de la sociedad. Eso sí, hoy el inepto gobernador interino del Estado de Guerrero y el temor del Legislativo Federal para desaparecer poderes que, a la vista, no existen, son la barrera idónea para que la impunidad de estos infames siga aflorando y convirtiéndolos en el leviatán de uno de los estados más pobres del país.

Delinquir como protesta contra un delito es combatir el fuego con gasolina. Hoy se debe sumar otra exigencia adicional al esclarecimiento del lastimoso homicidio de los normalistas de Ayotzinapa: la detención y el enjuiciamiento por los delitos reiterados realizados por los miembros de la CETEG y los padres de los normalistas. La sociedad no debe permitir que se sigan tolerando delitos al amparo del martirio y la tragedia, porque eso nos niega como sociedad y nos cierra las puertas del bienestar.

@AndresAguileraM