El 23 de Julio del presente año, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) hizo pública su evaluación que en el ámbito de pobreza realizó en México.
Los parámetros que utilizó para realizar sus estudios, versan primeramente sobre un ingreso estimado, mismo que se sitúa sobre el eje “y” de un cuadrante cartesiano (gráfica) y seis indicadores de carencias sociales (rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, acceso a alimentación, calidad y espacios de la vivienda y acceso a servicios básicos en la vivienda) mismos que se ubican en el eje “x” de esa misma grafica de ejemplificación.
A partir del comportamiento de estos vectores es posible determinar el grado de pobreza de todo mexicano y en el caso concreto, de los mexiquenses. En ese entendido, podemos tener dos mediciones:
1.- Cuando el ingreso mensual es menor a $2,542.13 pesos en zonas urbanas y $1,614.65 pesos en zonas rurales (a este límite se le llama línea de bienestar) y se está en presencia en al menos uno de los seis indicadores de carencias sociales, entonces se dice que ese individuo está en pobreza, y;
2.- Cuando el ingreso mensual es menor a $1,242.61 pesos en zonas urbanas y $ 868.25 pesos en zonas rurales (línea de bienestar mínima) y además se tiene 3 o más carencias sociales, entonces ese individuo se encuentra en pobreza extrema.
Ahora bien, al momento de darse a conocer el estudio de referencia, la atención mediática se enfocó únicamente en uno de los rubros y/o resultados del mismo, es decir, la nota fue en todo momento indicativa del aumento generalizado de la pobreza en México y por consiguiente en sus entidades federativas. Sin embargo, y por supuesto sin restar un solo ápice de importancia a la severidad de este asunto, cabría hacer referencia también a los aspectos en que se mejoró y particularizando hacia el Estado de México podemos observar que no todas las cifras son negativas y que en algunos aspectos se ha mostrado mejoría.
Por ejemplo y como punto más importante, la población con al menos tres carencias sociales disminuyó de 17.8 % en 2012 a 17.1 % en 2014; el rezago educativo también decreció, en 2010 se encontraba en 18.5% y para 2014 se situó en 15.3%; la carencia por acceso a los servicios de salud bajó de 25.3 % en 2012 a 19.7% para 2014; la población en situación de pobreza extrema también disminuyó en su porcentaje de 9.8 en 2012 a 9.5 en 2014. A estas mediciones se debe sumar el factor que representa la explosión demográfica en el Estado de México pues diariamente entre nacidos y migrantes la población estatal tiene un aumento de 700 personas aproximadamente.
Las acciones gubernamentales en torno a todo este espectro deben de continuar, buscando su mejoría sin lugar a dudas, al día de hoy, por parte de la Secretaria de Trabajo del Estado de México es posible mencionar que los esfuerzos están presentes y los resultados siguen manifestándose, verbigracia, en Junio de 2015 ascendieron a 1, 405, 707 los trabajadores asegurados al IMSS, lo cual se tradujo en un incremento anual de 3.87%; para Mayo de 2015 se crearon 33,094 nuevas plazas en el Estado Mexiquense, cifra que representa el 9.3% del total de empleos generados en el país; para Junio de 2015 nuestra Entidad Federativa se ubicó en la tercera posición a nivel nacional, con una generación de empleos de 48,439. El camino es largo, pero ya se está recorriendo.