“Misión cumplida: Lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”. Así se leyó el primer mensaje que el Presidente Enrique Peña Nieto dio a conocer a través de la plataforma Twitter, con respecto de este tema que desde hace seis meses se había convertido en prioritario dentro de la agenda federal.
La atención mediática sin duda alguna se ha enfocado y ha destacado la concatenación de actos que dieron lugar a esta recaptura, y también a los actores políticos que hicieron los correspondientes anuncios, subrayando la trascendencia de este hecho, mismo que representa en efecto el esclarecer la macula que se tiñó con el escape de Almoloya de Juárez.
Sin embargo, a modo de mérito conseguido y no reconocido fehacientemente, esta vez, quisiera distinguir y resaltar la labor de la maquinaria física que hizo posible este cometido, me refiero a las manos que literalmente pusieron al capo de regreso a la justicia, al caso concreto, las fuerzas castrenses quienes deben llevarse el mayor de los méritos por esta tarea, ejercito, policía federal y especialmente las fuerzas especiales de la Marina Armada de México, además de todas instituciones de inteligencia que permitieron la ansiada captura.
Actualmente, las fuerzas armadas siguen ocupando un lugar privilegiado en la confianza de la población mexicana, con 7 puntos de 10 posibles; el último Golpe de Estado se registró en plena época revolucionaria a cargo de Victoriano Huerta, es decir, México y su ejército trabajan de manera coordinada desde hace más de cien años, cuestión que no se replica en América Latina, donde el último movimiento de este tipo se registró en Honduras hace siete años.
En materia de seguridad, donde desde luego se ve reflejado el actuar de las fuerzas armadas, tan solo al primer trimestre del año pasado se habían capturado aproximadamente 130 narcotraficantes calificados como “prioritarios”; para el tercer informe de la administración federal, en septiembre pasado, se dio a conocer una disminución de 24% de homicidios, así como la recuperación de 2,300 espacios públicos. Además de ello, recordemos que en afectaciones sufridas por fenómenos meteorológicos de gran escala, la Secretaria de la Defensa Nacional se convierte un verdadero garante de la seguridad y estabilidad nacional al activar protocolos como el DN-III-E donde ejército y marina se convierten en cuerpos de apoyo en auxilio a la Sociedad Civil.
Finalizo mencionando, que el actuar de nuestras fuerzas armadas, por enésima ocasión demuestra el profundo pacto y compromiso que poseen con este país y que dicho sea de paso, aclaran al mismo tiempo, que el actual Gobierno Federal no tuvo ningún tipo de acuerdo con Guzmán Loera para dejarle escapar, hecho que indudablemente se demuestra con su nueva puesta tras la rejas. Honor y respeto a quienes así lo merecen.