132 años después de la firma del acta de independencia, la mujer mexicana logró una de sus más grandes conquistas, hacerse del derecho de votar y ser votada. El camino a la consolidación de este derecho resultó sinuoso y escarpado, especialmente desde finales del porfiriato, época donde las voces femeninas ya comenzaban a hacer eco en pro de este
reconocimiento.
A finales de 1916, una de las pioneras en esta lucha, Hermila Galindo, quien se desempañaba como secretaria particular de Venustiano Carranza, envió al constituyente una nota solicitando los derechos políticos de su género, pero nada sucedió al respecto. Hacia dentro de la federación, las primeras entidades en otorgar este derecho fueron Yucatán, Chiapas y San Luis Potosí, entre 1923 y 1925. Empero, sería hasta el 17 de octubre de 1953 cuando por fin, de la mano del entonces presidente Adolfo Ruiz Cortinez, se alcanzara la meta tan anhelada, cristalizándose este hecho en las elecciones del tres de julio de 1955, donde por primera vez la mujer mexicana pudo emitir su sufragio.
A partir de entonces, otra lucha comenzó para las mexicanas, si bien contaban ya con un derecho plenamente reconocido, el sendero que conducía a la paridad de género, a la equidad dentro los escaños gubernamentales, lucía extrañamente inalcanzable. La lenta y paulatina apertura dentro de cada partido político, aunada a la misma idiosincrasia de la sociedad mexicana no permitieron, durante casi 60 años, que se alcanzara una verdadera “igualdad” en este ámbito. Al día de hoy, solamente cinco mujeres se han postulado como candidatas a la presidencia de México: Rosario Ibarra de Piedra (1982 – 1988), Cecilia Soto (1994), Marcela Lombardo (1994), Patricia Mercado (2006) y Josefina Vázquez Mota (2012); seis han sido gobernadoras; Griselda Álvarez Ponce de León, Beatriz Paredes Rangel, Dulce María Sauri Riancho, Ivonne Ortega Pacheco, Rosario Robles Berlanga y Amalia García Medina; y sólo tres mujeres actualmente ocupan una secretaría de estado: Mercedes Juan López, Claudia Ruiz Massieu Salinas y Rosario Robles Berlanga.
Si bien la actual legislatura cuenta con la mayor representación en su historia en cuanto a mujeres, mismas que ocupan 44 de las 128 senadurías y 187 de las 500 diputaciones, la brecha para 2012 (cuando la misma comenzó) aún era extensa. Sin embargo, y ya dentro de este contexto, es obligado mencionar la iniciativa que presentó el presidente Enrique Peña, en octubre de 2013, donde propuso que los partidos otorguen el 50% de sus candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados a mujeres, propuesta que al día de hoy es una realidad tanto a nivel federal, como en algunas entidades federativas, incluido por supuesto el Estado de México que habrá de celebrar elecciones el próximo 7 de junio de 2015. Este último hecho supone la verdadera conquista de un ideal que surgiera a principios del siglo pasado y por supuesto es prueba del compromiso cumplido de un gobierno, las mujeres mexicanas, esta vez, están más cerca que nunca de la igualdad política.