Opinión

Hace tiempo que los partidos políticos comenzaron a desdibujase en este país. El tricolor no es ya aquella fuerza política que representaba los ideales del primer movimiento social del siglo pasado, y que se asumía como heredero de las causas que enarbolaron esos hombres y mujeres que nos dieron patria, que nos enseñaron a conservarla y a defenderla, y que la condujeron por el camino de la reivindicación social. Hace tiempo que se quedaron en el camino de la suplantación del ala conservadora de la política doméstica, y ahora transitan dentro de lo que se conoce ideológicamente como la democracia cristiana del Cono Sur, aunque ellos se digan socialdemócratas.

Las campañas políticas nos darán muchos motivos para hablar bien, y algunos otros para hablar mal. En lo personal me parece que habrá mayores motivos para hablar mal, y sobre todo de los protagonistas de esta etapa política del país que a fuerza de ser sincero cada día desprestigian mas a ese ejercicio social que debiera ser noble por naturaleza: la política. Habrá muchas cosas que decir y criticar, y lo peor es que parece que los propios partidos están abonando al desprestigio de la política porque en ese ejercicio por hacerse de cuadros con rendimiento electoral, han optado por quienes hasta ahora son responsables de las hamponerias gubernamentales que tanto lesionan la conciencia pública.