Opinión

Esta historia es de las que duelen, pegan en lo íntimo, de las que no alcanzan a ocupar un titular en los medios, se difuminan entre todo ese desorden de noticias. Esto ocurrió la semana pasada, una hoja en el libro de la tragedia covidiana, se trata de un hombre, veracruzano, taxista en el Puerto, Don Fernando, de los que que deben, de los que tienen que trabajar todos los benditos días, por que de no hacerlo sencillamente no comen, ni él, ni su esposa, ni su hijo de 16 años.