Partidos ricos, política pobre
Sin lugar a dudas la democracia mexicana es una de las más caras del mundo. Y no es que nos sobre el dinero, simplemente es que nuestros políticos se han acostumbrado a vivir bien y a tener recursos en suficiencia para satisfacer no sólo los requerimientos propios de un sistema político como el nuestro, demasiado caro, sino para cobrar estratosféricos salarios sin que exista justificación alguna para dilapidar el dinero que debiera utilizarse para el bienestar colectivo y no para las élites políticas y sociales del país.