Lo que viene
La atmósfera de la ciudad de México huele a tristeza, dolor y desolación, pero también a fuerza, entereza y determinación para, una vez más, levantarse de la tragedia. México, de nueva cuenta, está dando una lección de fortaleza, civilidad y solidaridad como pocos países en el mundo. De estas acciones, voluntades, esfuerzo y sacrificio incluso es que los mexicanos debemos primero sentirnos orgullosos, pero también con la capacidad de generar el cambio profundo que este país demanda desde hace ya años y que se ha aplazado, indebidamente debo decir.