Opinión

Los muertos Señor Presidente, no reclaman sus silencios, tampoco esas pausas ceremoniosas y vanas con sabor a circo, con esencias de simulación, que a toque de clarín nos recuerdan su desdén, su actitud omisa, sus golpes presupuestarios a la deseada salud, su negativa incomprensible a ponerse un barbijo. 

50 mil muertos son muchos, el crespón negro debería colgarse en el zócalo, en esta guerra se está perdiendo a mexicanos muy valiosos, todos inocentes, todos víctimas. Ninguna justificación sobre el previo estado de salud de los que fallecieron merece la sutil atenuante del gobierno de que: "muchos ya estaban enfermos”.