No mentir, no Robar, no traicionar…

La circunstancia que está enfrentando Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la Republica nunca estuvo en su registro porque en realidad pocas veces pensó que un día alcanzaría la Presidencia de la Republica.
Y lo digo responsablemente, porque de haber tenido la seguridad de que un día los mexicanos le otorgarían la confianza para alcanzar el triunfo, se hubiera preparado a conciencia para hacer un gobierno distinto y que mantuviera en el centro de todo a los mexicanos y no a los intereses políticos como lo ha hecho desde su llegada a Palacio Nacional.
 
Muchas veces fustigó a sus adversarios porque según él engañaban a la gente, y ese discurso le funcionó en grado tal que la conciencia popular comenzó a considerar que el destino de este país no era el que muchos aspirábamos, y se comenzó a generar la posibilidad de un cambio drástico que terminara de una vez por todas con los excesos de quienes detentaron el poder. Y eso hizo que los ciudadanos comenzaran a visualizar que se necesita un cambio de rumbo, una nueva mística desde el poder, pero sobre todo, la erradicación de la corrupción, esa que tanto daño le ha hecho históricamente a este país.
 
La etapa en que los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón ocuparon Palacio Nacional fue producto de ese discurso en el que se evidenciaban los excesos cometidos desde la cumbre del poder, pero siguieron con la misma fórmula quizás porque no conocíamos otro tipo de expresiones ya que la costumbre indicaba que para gobernar a un país como México se requería mantener la misma fórmula que durante tanto tiempo había funcionado exitosamente a pesar de que por lo regular los índices del desarrollo no resultaban lo exque se esperaban, y pese al cambio de partido en el poder las cosas siguieron igual.
 
Andrés Manuel López Obrador llego a causa de ese encono acumulado por los malos resultados y porque se mantuvo muchos años recorriendo el país de cabo a rabo ofreciendo un cambio para que el estado de las cosas fueran distintas. Una de sus frases preferidas fue “" no mentir, no robar y no traicionar ”, y la repitió hasta el cansancio, y la gente le creyó, y le otorgó la confianza pese a su perfil autoritario y su escasa preparación académica, porque si de algo nos enteramos siempre los mexicanos fue su carencia de vocación por el estudio ya que se tardo la friolera de quince años en terminar una carrera universitaria.
 
A su llegada al poder se olvido de muchas cosas que prometió, sobre todo en materia de honestidad, cualidad que ahora sabemos que nunca ha tenido. No robar, no mentir, y no traicionar, esa frase a la que siempre acudió cuando buscaba ganarse la confianza de los mexicanos, fue repetida miles de veces, y fue uno de los principales motivos para que el hastío de los mexicanos voltear a verlo como una opción válida para enmendar el camino histórico de la nación. Por desgracia, salió igual de ladrón que los demás. Así de simple, porque ha dispuesto de manera discrecional de los caudales públicos para mantener una bolsa de dinero lista para comprar conciencias en la siguiente elección.
 
No mentir, lo hace todos los días en sus disertaciones mañaneras que solamente ocupa para defenestrar a sus adversarios. No robar, también lo hace todos los días, aunque siempre enseñe un billete de doscientos pesos, porque dispone del dinero público incluso de manera discrecional. Sus hijos no tenían oficio ni beneficio, hoy son exitosos empresarios que tienen esposas modelos y viajan en Jets privados a Dubai. Y el colofón es que ha traicionado a los mexicanos, porque ha utilizado el dinero público de forma discrecional para ayudar a naciones populistas de Centroamérica. Todo eso representa una traición para este país, así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
 
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en periodismo.