Otro México
Es casi, casi seguro que suene un tanto cínico, indolente o nada sensible en estos momentos de emergencia nacional por los devastadores terremotos de septiembre, decir que también esto pasará. Aún las secuelas de los devastadores movimientos telúricos habrán de pasar, aunque en el recuerdo de muchos, si no de todos, persistirán las heridas, las muertes y las pérdidas. Pero por un tiempo, quizá largo, seguirán allí lacerando, perturbando, inquietando las mentes y los corazones de quienes perdieron todo en segundos, incluso las vidas de muchos seres queridos. Pero al final, un día, todo será mitigado, evaluado y resumido en su justa medida y dimensión.