Las autoridades han resuelto que la Ciudad de México como otros estados tengan el color verde en el semáforo epidemiológico. Ha disminuido el impacto de la pandemia, hay mucho menos gente hospitalizada y más vacunados en el país, pero de ninguna manera el verde significa autorización o permiso para organizar reventones como si nada pasara.
El riesgo de contagiarse no ha desaparecido. Las mismas autoridades piden actuar con prudencia, mantener protocolos, seguir con las medidas sanitarias, el uso del cubrebocas, la sana distancia, lavarse las manos, utilizar gel, el acceso controlado en el transporte y los lugares públicos. No es verde para el desenfreno o la organización de fiestas. Obligado cuidar lo que se ha ganado.
Con recomendaciones de la autoridad, todo se podrá hacer, sin caer en excesos o libertinaje, para evitar retrocesos. Actuar con responsabilidad, no perder de vista el saldo del maligno virus en nuestro país, más de 200 mil muertos.
La tragedia no es para celebrar. El confinamiento ha sido y es incómodo para adultos, jóvenes y niños. Tomar clases solo por videoconferencia o trabajar únicamente en casa, no es lo ideal. La actividad presencial es indispensable para la diversidad de tareas pendientes. Los infantes y jóvenes regresarán de manera gradual a sus escuelas.
El color verde del semáforo es para ver con optimismo el mañana, la luz del túnel cada vez más cerca, pero definitivamente todavía no salimos ni es tiempo de reventones como los había antes de la aparición del Covid-19.
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@zarateaz1
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