Seguramente el magistrado Miguel Ángel Aguilar López desconoce antigüedad y costumbre del beso en la mejilla, porque de otra manera no se explica que lo haya calificado de abuso sexual. Estuvo a punto de sentar precedente en el mundo, su acción quedó registrada en el expediente 179/2019 del 1er.
Tribunal Unitario en materia penal del primer circuito en la Ciudad de México y fue corregida por 7º. Tribunal Colegiado.
De acuerdo con la biblia, el apóstol Pablo, en carta a los Corintios, recomienda a creyentes y seguidores el saludo de beso. Era costumbre general, no era algo novedoso. Lo dice en la parte final: "saludaos los unos a los otros con ósculo santo".
Beso en la mejilla es una expresión de afecto y amistad que se practica en muchos países, incluso, en algunos, como en España y Francia, llegan a darse hasta dos, uno del lado izquierdo y el otro en el lado derecho. En Holanda o Países Bajos suman hasta tres, izquierda, derecha e izquierda.
En Canadá, Estados Unidos y América Latina el beso en la mejilla es una de las formas de saludo más aceptadas. Nadie lo ve ni como acoso ni hostigamiento, mucho menos como abuso sexual.
Ahora un simple beso en la mejilla pudiera ser riesgoso, contagioso de la mortal pandemia, pero hace 10 años o más, lo usual y cotidiano en encuentros familiares, de amigos y conocidos.
Por eso sorprendió que el magistrado Aguilar López lo considerara abuso sexual.
¿Mala fe, error, ignorancia o consigna?
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